Narran las personas del Catatumbo que para hablar de la historia del conflicto armado en sus veredas, corregimientos y municipios es necesario remitirse a las décadas de los años 70 y 80. Resaltan además que los primeros desplazamientos y masacres que tuvieron lugar en la región ocurrieron en los años 40 y 50, cuando se libró lo que algunos recuerdan como "la guerra de los colores", la confrontación bipartidista que se vivió también en la región.

En las conversaciones que sostuvimos nos hicieron saber de qué modo el conflicto armado llegó y se desarrolló en el Catatumbo por una serie de condiciones que convergieron: se trata de un territorio biodiverso y rico en recursos naturales, comparte frontera con Venezuela y ha sido históricamente marginado por el Estado.

Justamente esta última es una de las principales razones por las cuales los catatumberos y las catatumberas se han organizado y han protagonizado movilizaciones sociales de gran envergadura, tales como el Paro del Nororiente en 1987 y las marchas campesinas de mayo de 1988, entre muchas. Por décadas la población catatumbera le ha exigido al Estado que mejore sus condiciones básicas de existencia y les haga partícipes en la toma de decisiones sobre la administración de su territorio.

Como consecuencia de esta álgida movilización social, en los años 80 y 90 se desató en toda la región del nororiente una "guerra sucia" y un periodo de represión, ambas expresiones de violencia ejercida principalmente en contra de participantes y líderes que se hicieron visibles en estas manifestaciones.

Es dicho marginamiento por parte del Estado, explican habitantes de la región, la principal razón para entender la temprana presencia del ELN y el EPL en su territorio (a finales de los años 70), y de las FARC años más adelante (mediados de los años 80), lo cual ha generado una profunda estigmatización sobre la región, que se mantiene hasta hoy. Una de las consecuencias más aberrantes que ha ocasionado dicho estigma es la comisión de ejecuciones extrajudiciales, conocidas como “falsos positivos”, y otras violaciones a los derechos humanos por parte de algunos miembros de la fuerza pública en el marco de la lucha contrainsurgente.

La “arremetida paramilitar” es la expresión de las personas del Catatumbo para referirse al proyecto paramilitar que copó el territorio de la región desde finales de la década de los 90. Las acciones que llevaron a cabo los paramilitares corrieron las fronteras de lo comprensible y dejaron a los catatumberos y catatumberas y al territorio mismo marcas que están vivas en el presente.

Las condiciones de marginamiento, estigma y desigualdad persisten en la región. Por ello se han acrecentado las disputas por el control del territorio, provocando que el conflicto armado persista.

Marchas y movilizaciones

El Paro del Nororiente (1987) es un hito en la serie de movilizaciones sociales que han tenido lugar en el territorio del Catatumbo desde mediados de los años setenta. En la foto, los marchantes del paro se congregan en un parque de Ocaña y organizan una olla comunitaria. 

Foto cortesía de Aurora Vega, Ocaña. Archivo personal.
Foto cortesía de la familia Sanguino Salcedo. Archivo familiar.

Líderes y participantes de estas movilizaciones fueron muertos y desaparecidos. En la foto el profesor Hernando Sanguino, asesinado en Ocaña por su liderazgo desde el sindicato de educadores de Norte de Santander (ASINORT). 

Foto de cancion Bari
Josías Buitrago. Captura de video.

"La historia de La Gabarra"

Escuche la canción "La historia de La Gabarra", donde su compositor e intérprete, el profesor Josías Buitrago, narra las transformaciones de este corregimiento asociadas a las disputas territoriales por la colonización, el cultivo de coca y el control armado.

Foto por Jaime Landínez para el CNMH.

"La guerra de los colores"

El 16 de noviembre de 1949, integrantes de la 'policía chulavita' llevaron a cabo una masacre en el municipio de El Carmen, para entonces bastión del liberalismo en Norte de Santander. El busto de Jorge Eliécer Gaitán, ubicado en el parque principal del pueblo, fue destruido. En la foto, Don Beto, una de las víctimas sobrevivientes, narra detalles de la violencia bipartidista que también se vivió en los demás municipios del Catatumbo, y que algunos en la región recuerdan como "la guerra de los colores". 

Guerrillas

Bandera del ELN. Desde finales de los años 70 las guerrillas del ELN, el EPL y, más adelante, las FARC, han hecho presencia en el territorio del Catatumbo. Sus habitantes recuerdan cómo estas guerrillas han llevado a cabo acciones como tomas a poblados, extorsiones y secuestros y han regulado la vida diaria.

Foto por Camilo Ara para el CNMH.
Dibujo realizado por un participante de uno de los talleres de reconstrucción de memoria histórica en 2017. Foto por Jaime Landínez para el CNMH.

Paramilitares

Tres estructuras paramilitares de las AUC coparon a partir de 1999 el territorio de la región: el Bloque Catatumbo, el Frente Héctor Julio Peinado y el Frente Resistencia Motilona del Bloque Norte. Con actos de crueldad y sevicia, los paramilitares "masacraron la región", transformaron los usos de la tierra y dejaron profundas cicatrices en sus habitantes. El Bloque Catatumbo se desmovilizó en 2004 y los dos frentes restantes en 2006.

Fuerza pública

La presencia y el accionar de la fuerza pública en la región ha estado relacionada con la guerra contrainsurgente, manifestada en la militarización de la vida diaria, que ha provocado violaciones a los derechos humanos por parte de algunos miembros del Ejército y la Policía, y la profundización de los estigmas que recaen sobre los habitantes del Catatumbo.

En 2007, habitantes de El Tarra reclamaron al Ejército por la comisión de ejecuciones extrajudiciales en una audiencia en el polideportivo del pueblo. Foto en Memoria puerta a la esperanza: violencia sociopolítica en Tibú y El Tarra. Publicación de la Asoc. Minga y la Fundación Progresar (2008).

Cultivando paz en el Catatumbo

Escuche la historia de un grupo de jóvenes del corregimiento Las Mercedes (Sardinata) sobre su trabajo para prevenir el reclutamiento forzado por parte de actores armados en su territorio.

Pieza realizada por integrantes de la Asociación de Jóvenes Cultivadores de Paz de Las Mercedes, quienes reconocen que deben continuar resistiendo pues el arte de cultivar la paz necesita de acciones perdurables en el tiempo y de gente con voluntad que, como ellos, quiera dar lo mejor de sí por el territorio y por un futuro mejor.

Violencia en la arquitectura

Escuche la historia de una base militar que puso en riesgo la vida de habitantes del casco urbano de El Tarra.

Los escombros de una antigua base militar y los restos de algunas casas deterioradas a consecuencia de la violencia, inspiraron este audio sobre cómo recordamos los enfrentamientos durante el conflicto entre grupos armados en el municipio de El Tarra. Pieza realizada por el grupo Ishtana Joven, reminiscencias y esperanzas. Componente de comunicaciones del proyecto Catatumbo: memorias de vida y dignidad.