Agapito Barros Salazar

Agapito Barros Salazar es oriundo de San Martín de Loba y se ríe contando sus aventuras de cuando llegó a Barrancabermeja.

“Estuve hasta los 19 años en San Martín de Loba. Somos huérfanos de padre. Él era muy mujeriego y dicen que le echaron un maleficio y de eso murió, sequito. Un tío le dijo a mi madre: déjeme a Agapito y yo lo cuido ahí en la casa. Y mi tío me puso a pajariar, limpiar yuca, patilla y arroz. A los 12 años me abrí, me trataba mal, me daba unas trillas por que le daba la gana y dije: esta no es mi vida y me fui a sufrir a las fincas a trabajar”.

En Barrancabermeja conoció las dos caras de la moneda. “La violencia empezó aquí como en 1987 que ya entró la guerrilla. Yo vivía en el primero de mayo y había rato que uno no podía ni salir”. Lleva más de 40 años en el puerto petrolero y ha hecho de todo. Actualmente vende frutas en una carreta en el sector comercial de la ciudad.

“Yo vivo en el barrio Cardales en una pieza arrendado, pago con la venta de mi fruta y voy abonando hasta que pago los 250 mil y me he mantenido, eso es un ejemplo que yo le doy a ellos para que mis nietos vean lo que hizo el abuelo”.

Hecho: Desplazamiento