Como nuestro tema es la selva nos daremos a la tarea de transportar imaginariamente a los niños y niñas hasta allí. Haremos uso de sus sentidos y nuestra imaginación para que vivan la experiencia de recorrer con sus mentes, guiados por nuestra voz, algunos parajes misteriosos. Luego apuntaremos la reflexión hacia el significado y percepción particular que tiene cada persona con relación al camino, a la ruta y al transitar. Este será el abrebocas para las actividades siguientes, de ahí la importancia de comenzar a poner el tema del territorio en términos prácticos y sensibles.
1. 1. Cuando el grupo de niños y niñas estén organizados en círculo y en silencio, entraremos al espacio, como quien entra a la escena en teatro, haciendo con nuestro cuerpo y con algunos elementos (pueden ser reciclables) un vehículo de transporte autóctono de nuestra región (Una bicicleta, un jeep, una balsa, un burro). Vamos a recorrer todo el espacio, alrededor y al interior del círculo, produciendo sonidos alusivos al vehículo (de motor, relinchando, remando, pitando, frenando) para poner a los niños y niñas en situación de juego. Entonces nos detendremos, parqueamos el vehículo y nos sentaremos con los niños y niñas. Luego podemos saludarles tomando como referencia el siguiente ejemplo:
- Amigos y amigas, imagínense que he viajado por muchos lugares y espacios en este/a ______ (le pondremos un nombre al vehículo) que yo mismo cree para prepararme para la travesía que viviremos el día de hoy, la cual será muy misteriosa y seguro les sorprenderá lo que vamos a encontrar. Redescubriremos y exploraremos lugares cotidianos y aprenderemos de ellos.
- Para comenzar vamos a ponernos una de estas vendas ya que para este viaje no necesitamos ver con los ojos, sino con la mente y el corazón.
2. Ubicaremos a todos los niños y niñas en una fila y les pediremos que pongan su mano izquierda en el hombro izquierdo de su compañero o compañera de adelante. La idea es que su mano derecha les sirva para guiarse y tocar o esquivar los posibles obstáculos u objetos que dispongamos para ilustrar sensorialmente el recorrido que guiaremos.
3. Comenzaremos a narrar el cuento de paisaje sonoro mezclando la historia con la descripción del lugar que imaginamos, así como con indicaciones para que los niños y niñas sigan el recorrido caminando despacio y manteniéndose en fila entre los espacios que hayamos destinado para la actividad. También ilustraremos la narración con la estimulación sensorial de los participantes por medio de los elementos que tendremos disponibles pero ocultos de la vista del grupo. La ambientación sonora consistirá en la reproducción de los audios de sonidos selváticos, de animales y agua. A modo de ejemplo:
- (Siempre en un tono de voz baja narraremos) Andariegas y caminantes, oídos alerta, saldremos de la tienda, la travesía comienza. Sigan mi voz y recorremos la selva.
- Tres pasos adelante, un, dos, tres. Tres pasos atrás, repetimos el compás.
- No pierdan a sus compañeros y compañeras. La selva es espesa, cualquiera puede ser presa.
- Cuentan que ______ (nombrar el número participantes) niños y niñas salieron de exploración, entraron en misteriosos paisajes y aún se encuentran por allí.
- Atentos y atentas, caminamos en línea recta, despacio, sigilosos, no se separen de la fila, ¿escuchan los pájaros? (reproducir pista de audio con sonidos de pájaros), bueno, están justo encima de nosotros, sigamos. Un momento, ¡quietos! Va a pasar un tigre enorme por la izquierda. Hagamos de cuenta que somos una piedra (en ese instante pasaremos el quita polvo o un objeto similiar por entre los pies de los niños y niñas). Wow ¿Alguno sintió la cola? (dar tiempo a que respondan) Nos salvamos, continuemos. Ahora estamos metiéndonos debajo de la cascada, caminemos lento para evitar la resbalada (en ese momento con el rociador dispararemos agua por encima de las cabezas del grupo, intentando que salga muy poco agua como si fuera rocío). Con cuidadito, vayan palpando las rocas del lado izquierdo (les acercaremos el octavo de papel lija a las manos). Ahora por aquí (los dirigimos a la derecha). No, por ahí no, por acá (los dirigimos a la izquierda y avanzamos). Cuidado la cabeza. Un poco agachados, vamos a pasar debajo de las hojas de palma o de otro árbol característico de la región (entonces pasamos por su frente, apenas rozando, el trozo de tela). Muy bien, adentrémonos ahora en el bosque de mandarinos para pasar por el río de vainilla…
4. Al finalizar daremos paso a la reflexión con los niños y niñas mediante algunas preguntas que orientaremos:
¿Cómo se sintieron?
¿Cómo era el camino?
¿Fue fácil de recorrer la ruta?
¿De dónde partimos, por dónde pasamos primero?
¿Hacia dónde íbamos?
¿Por qué tomaba giros el camino?
¿Fue largo o corto el camino?
(Plantear preguntas que lleven a destacar la particularidad del camino).
¿El camino de su casa al colegio es parecido al que acabamos de recorrer? ¿Por qué? (Tratemos de encontrar semejanzas entre los caminos que los niños y niñas recorren a diario y el camino que acaban de transitar)
¿Con quiénes recorren el camino de su casa al colegio?
¿Quiénes les han enseñado el camino para ir al colegio? ¿Cómo creen que esas personas aprendieron el camino? ¿Alguien les enseño a ellas?
¿Será que siempre ha existido este camino?
¿Qué pasaría si no nos acordáramos de ese camino? ¿Cómo haríamos para ir a nuestro colegio? ¿A nuestra casa? ¿A la tienda?
¿Alguna vez han tenido que cambiar la ruta de su casa al colegio? ¿Por qué?
Al terminar de plantear las preguntas conversaremos con ellos y ellas respecto a los caminos que recorren a diario, anotando que son caminos que ellos y ellas han aprendido de otros/as y esos a su vez de otros. Esos aprendizajes permiten saber cómo llegar a las personas y a los lugares que más quieren, aprendizajes que son importantes para su vida y para su bienestar, con esos aprendizajes quizá ellos pueden ayudar o guiar a otros. Del mismo modo, podemos abrir paso a la relación directa que hay entre los sentidos, el cuerpo y la memoria (en tanto que el cuerpo es memoria, y los sentidos, en este ejercicio, contribuyeron a activar ciertos recuerdos y emociones asociados con olores, sensaciones, etc.).