La guerra en Colombia ha dejado 262.197 muertos: casi la misma población que habita el área urbana de Sincelejo, Sucre. De este total de víctimas fatales, 215.005 eran civiles y 46.813 eran combatientes. Esta es una de las principales conclusiones del Observatorio de Memoria y Conflicto, del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), que documentó los hechos ocurridos en el conflicto armado colombiano entre 1958 y julio del 2018.
Por primera vez un sistema de información integra 592 fuentes sociales e institucionales, y un total de 10.236 documentos y bases de datos, para unificar criterios y clasificar información, que permitan contribuir con el esclarecimiento histórico y reconocer la pluralidad de voces del conflicto armado. La documentación de cada hecho responde a la pregunta ¿quién le hizo qué a quién cuándo, dónde y cómo?
“Tenemos que empezar a reconocernos todos para entender el conjunto de la guerra. La fragmentación confunde, distorsiona la verdad. A la fragmentación hay que anteponerle la compactación, juntar todas las piezas, como nosotros lo hicimos”, aseguró Andrés Suárez, coordinador del Observatorio, en un evento realizado el 1 de agosto, en el que el CNMH le entregó a los integrantes de la Jurisdicción Especial para la Paz, la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, una serie de balances sobre su trabajo en la última década.
El Observatorio de Memoria y Conflicto documentó, en total, 353.531 hechos. Estos son algunos de sus hallazgos: la guerra dejó 80.514 desaparecidos (de los cuales 70.587 aún siguen desaparecidos), 37.094 víctimas de secuestro, 15.687 víctimas de violencia sexual y 17.804 menores de 18 años reclutados.
Las cifras corresponden a las diez principales de modalidades de violencia del conflicto armado: acciones bélicas, ataques a poblados, asesinatos selectivos, masacres, atentados terroristas, secuestros, desapariciones forzadas, violencia sexual, daños a bienes civiles; reclutamiento y utilización de niños, niñas y adolescentes; minas antipersona y munición sin explotar. Del total de víctimas fatales de esas diez modalidades, 94.754 son atribuidas a los paramilitares, 35.683 a la guerrilla y 9.804 a agentes del Estado.
“La salida de la guerra necesita de memorias comprensivas y transformadoras”, dijo Gonzalo Sánchez, director del CNMH, durante la entrega de balances al Sistema integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Y en ese mismo sentido, Andrés Suárez le hizo un llamado a los miembros de este sistema, para que escuchen toda la pluralidad de voces del conflicto armado: a las víctimas y los perpetradores, a los civiles y los combatientes. “No le tengamos miedo a la tensión que hay entre esas voces. Todos tienen un pedazo de verdad y hay que tenderles puentes para integrarlas”, dijo. Y les pidió, además, trabajaran sobre el acumulado de información e investigación que ya existe: “no pierdan de vista que las víctimas ya han hablado. Han hablado muchas veces, han pasado por un enorme desgaste, y quieren seguir hablando pero hay que hacerles nuevas preguntas”.
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Publicado en Noticias CNMH