Es el único sobreviviente del secuestro de los doce diputados, símbolo de la vida en medio de la tragedia. Su relato, y el de su familia, es el de un hombre que se convirtió en el triunfo de la esperanza: del secuestro pasó a la cárcel; pero de ambas logró salir victorioso.
La vida de Sigifredo López ha estado marcada por la violencia. Su padre, Guillermo López, fue asesinado cuando Sigifredo tenía 9 meses de edad. Y antes de su nacimiento, su familia había tenido que huir del municipio de Ceilán (Valle) en medio de la guerra entre liberales y conservadores. “Váyanse del pueblo porque a ustedes los van a matar”, les advirtió la esposa del presidente del directorio conservador. “Ese día nos tocó dormir debajo de las matas de café, porque veíamos la chusma pasar por el pueblo. Dos meses después nuestra casa ya había sido quemada”, recuerda Nelly Tobón, la madre de Sigifredo.
La violencia guerrillera también tocaría la puerta de los López. Su madre Nelly sabía que la carrera política que eligió Sigifredo, lo pondría en el blanco de los violentos. “Cuando se iba para Pradera, Florida o Candelaria, ¡ay mija! haga oración para que no le pasara nada. De tantas cosas que pasaron me acuerdo que en el año 96 más de cien guerrilleros se tomaron el municipio de Florida, y que en el 2000 atacaron el municipio de Pradera y nos dejaron sin bancos. Pero nunca imaginé que lo secuestraran en la ciudad de Cali”.
Las FARC habían declarado a los políticos objetivo militar. Y sus amenazas se hicieron realidad el 11 de abril del 2002 en la propia sede de la Asamblea del Valle. El día del secuestro, contó Sigifredo López en su libro “El Triunfo de la Esperanza”, “llegamos como a las ocho de la noche, nos dieron agua de panela con pan y nos permitieron hablar con nuestras familias. Esa fue la última llamada antes de que nos quitaran el celular”. Todos pensaban que esa situación iba a durar poco, pero esa noche era apenas el comienzo de cinco años de secuestro.
“A Sigifredo Dios le puso una misión, la del perdón; no puede haber paz en Colombia si no hay primero perdón”
Lo que no pudo imaginar entonces Sigifredo, es que tendría que enfrentarse a una cuarta forma de violencia. En mayo del 2012 fue puesto en prisión, luego de que la Fiscalía lo acusara de ser cómplice de la guerrilla en la planeación del secuestro. Estaba sindicado de cometer los delitos de perfidia, rebelión y homicidio agravado. De la prisión guerrillera, pasó a la prisión del Estado.
Un video encontrado en las computadoras de Alfonso Cano, en el que se mostraba cómo había sido planeado el secuestro de la Asamblea del Valle, fue una de las principales pruebas que utilizó en ente investigador. La nariz, las manos, la voz del personaje, que nunca se vio de cuerpo entero, eran como las de Sigifredo, dijeron los acusadores. Él pidió que organismos internacionales intervinieran en el análisis de ese video. Tras los exámenes técnicos, el FBI concluyó que era altamente probable que la voz del video y la suya no fueran la misma. Sigifredo fue liberado en agosto de 2012. Pero la batalla siguió en los medios de comunicación. Después de varias emisiones de Noticias RCN, se abrió un debate en el que Sigifredo seguía siendo acusado de ser cómplice de la guerrilla.
Haber sobrevivido se convirtió en fuente de sospechas y no de esperanza. Su abogado pudo reclamar un acto de desagravio a Sigifredo por parte de las autoridades. El fiscal y el director de la Dijín pidieron perdón por lo ocurrido. También lo hizo la periodista de RCN Claudia Gurisati. Sigifredo, por su parte, promovió una Fundación para la defensa de las víctimas de los falsos testigos y de montajes judiciales.
Su esposa Patricia Nieto comentó: “A Sigifredo Dios le puso una misión, la del perdón; no puede haber paz en Colombia si no hay primero perdón. La misión de nosotros es perdonar y eso es lo que hemos hecho como familia. No sé cuál situación ha sido más difícil, si el secuestro de la guerrilla o lo que pasó con la Fiscalía”.
Conozca el relato completo de Sigifredo López descargando el libro “El caso de la Asamblea del Valle: tragedia y reconciliación” y siguiendo la serie documental “Somos más que 11”.