bKaasiobaɨ lugar de incineración de algunos clanes muinane
Primero cuando el hombre blanco no había llegado, se intercambiaba con la gente, a los huérfanos los hacían llegar donde el abuelo Pekujeafe y luego él lo pasaba donde un personaje Bora llamado Kɨryiɨ, a cambio de esos huérfanos le daban hacha.
Después de esto no se sabe qué clase de blancos pasaron por el territorio, luego en el tiempo de Ryoryiu el clan nabɨmɨjo (gente de palo-sangre de grado) estaban en vísperas de un baile en una loma llamada Kaasiobaɨ a orillas del Cahuinarí a tres horas de la Sabana bajando. Entre tanto en la Sabana estaba un paisano en el cepo castigado y él escuchaba que tocaban maguaré, entonces él pensó engañarlos y les dijo: -ese toque es un anuncio de que ellos van a atacarlos a ustedes, por eso ellos se están reuniendo, vayan y mátenlos. Eso él dijo como para que ellos le dejaran libre y él pudiera ir al baile, entonces los peruanos volvieron a preguntar y él dijo que sí; entonces ellos lo llevaron por la orilla del río y lo amarraron a él en un estantillo de una maloca un poco más arribita de donde se celebraban el baile.
Uno de los dueños de esa maloca donde amarraron al preso que no había ido al baile se dio cuenta de la intención de los peruanos y sabiendo que su hermano ya estaba en el baile, se fue a avisar a los bailarines que los peruanos se fueron a matarlos, pero ellos no le creyeron. Cuando ellos vieron que venían los peruanos uno de los dueños llamado iigo cogió dos piñas, una en cada mano, y con ellas entonó alegremente el maguaré pensando que los blancos que estaban llegando los iban a acompañar en el baile, otro ayudante cogió caguana en una totuma diciendo -“tayoto nagemɨna sahi” (“mi familia, la gente blanca ya vienen”) y se fue a dar de tomar a los que se acercaban y estando justamente a la orilla del patio de la maloca, cuando desde el barranco los peruanos le dispararon, fue el primero de los muertos de esa tragedia.
Luego los peruanos rodearon por todos lados la maloca y como los bailarines no podían escaparse ya que la pared de la maloca era de palo duro y la maloca estaba construida sobre una loma estratégicamente, entre tanto, mi abuela siryaje que aún era una niñita la madrasta la cargaba, se escapó con ella protegiéndose con un colador, después ella se bajó del carguero y salió corriendo por la puerta, allí estaba un peruano que recargaba la escopeta después de hacer un disparo, detrás de ella salió la madrasta a quien le alcanzó disparar en la pierna. Mi abuela se fue y se escondió detrás de un barranco sumergida entre el agua de la quebrada, la madrasta se alcanzó a arrastrar por el suelo un poco más abajo, y lloraba y quejaba de dolor. De allí ella escuchaba todo lo que sucedía en la maloca, la quemazón, los palos que se caían, los disparos y el desespero y gritos de las personas. Después de haberse quemado la maloca, cuando todo estaba en silencio, ella vino a ver si alguien había sobrevivido, pero como no encontró a nadie, solo gente quemada, entonces ella se puso llorar de tristeza. En eso el hermano que alcanzó a huirse y estaba muy cerca en el rancho de una chagra dijo: -será que ya mataron a mi hermana.
-Yo no puedo decir cuántos clanes de nosotros terminaron en ese lugar, solo sé que muchos de los muinane que asistieron al baile murieron disparados y otros quemados en la maloca.
En el tiempo de Ryoryiu se mandaba a sacar caucho y tenían que ser entregado en forma de barra, la medida era desde los pies hasta la mandíbula. A los que no cumplían o completaban la medida indicada los quemaban, en ese tiempo a la gente de venado del clan coco a todos los acabaron echándolos en un hueco, después de haberlo asesinados, así los acabaron.
Fosa a un extremo de La Sabana donde depositaron los restos de todos los representantes del clan coco del tótem venado, actualmente es un tótem desaparecido. Umire, Y. octubre de 2014
Después de eso llegó Inciso y Granda, ellos fueron los que lo remplazaron a Él. Ellos escogieron a sus colaboradores de cada clan, generalmente los más fuertes, que también mandaban a sacar la siringa, ellos mataban a los que se quedaban en las casas, también se castigaban en el cepo algunos sujetados de los pies y otros de la cabeza, a los más débiles los dejaban con las piernas abiertas dejando un espacio entre los huecos del tablón. No sé cuánto tiempo los dejaban ahí, tampoco escuché decir a mi abuela si se morían ahí, seguramente sí se murió mucha gente con estos castigos. Esto era lo que mi abuela me contaba.
En el tiempo de la cauchería mandaban a trabajar las chagras en socola, tumba, siembra y deshierba, así los mantenían, no había descanso. En ese entonces se anunciaba que iba suceder una guerra con los uitoto . Así sucedía allá. Por esos tiempos en nuestro medio el caucho se transportaba con mulas y la misma gente. A los que llevaban de acá el caucho los recibían bien (Sabana – Casa Arana), si un jefe decía que mi gente quiere comer jufaiu (pirarucú o paichi) les servían y si otro decía mi gente quiere comer charapa ellos le daban, después de eso recibían mercancía; así trataban a los que transportaban el caucho pero una vez que regresaban a la Sabana los maltrataban.
Luego empezaron escoger a los más fuertes para llevarlos al Putumayo para que realizaran allá las chagras, cuando la chagra estaba a punto de ser cosechadas los reunieron y los llevaron a todos los pobladores del territorio. Sin embargo, algunos huyeron al monte, del Putumayo algunos se volaron y regresaron después nuevamente se establecieron en el territorio.
Luego llegaron los peruanos nuevamente mandando a hacer buenas casas y chagras para volver a trabajar caucho y los que estaban escondidos en el monte salieron. Una vez reunidos los últimos habitantes con este engaño, los cogieron a todos y los llevaron nuevamente para el Perú. Pero el abuelo niigaɨjoɨ el papá de negedeka y yuaborye no fueron.
De allí Feellɨje se voló para mesae [afluente del yarí] y se encontró con los yucunas en el chorro de masaka. Allí se encontró con Luis Felipe el capataz de los yucuna, entonces, él lo quiso llevar y Feellɨje le dijo que no porque su palabra no tiene peso, sin valor usted me puede dejar o entregar a la comisión. Él se mantuvo en su decisión. Ya que usted dice de esa forma, vaya por la orilla del río, cuando nosotros regresemos de allá en dos meses le vamos a traer comida. Así como dijeron un grupo de uitoto sí bajaron con los yucuna, en la bocana del yarí se encontraron con la comisión que apresó a los uitoto, los amarraron en negehi [afluente del Caquetá, ubicado a una hora subiendo desde la bocana del yarí], afortunadamente uno se soltó y luego soltó a los demás y mataron a todos los de la comisión, luego los uitoto se fueron río abajo.
Como habían dicho los yucunas, le dieron la comida a Feellɨje que bajaba por la orilla del río estando ya en el Caquetá, de ahí ellos se fueron a vivir en medio de los yucunas en capamó [ahora conocido como Mirití]. Así se estableció el clan de los cocos en el territorio de los yucunas.
De la primera vez que llevaron a mi papá Uumirye de allá él se voló, luego lo llevaron por segunda vez y nuevamente se voló, cruzó el Cahuinarí pensando que era el caimo [afluente del Cahuinarí] y llegó al Caquetá, en el territorio de los yucunas donde estaban algunos muinane del clan coco, allí lo recibió Feellɨje.
En la segunda huida de mi papá Uumirye cuando llega donde Feellɨje del clan coco que ya estaba ubicado en territorio yucuna, para que mi papá no se fuera a otro lugar, Feellɨje le entregó la entenada como mujer, mi mamá.
Después de un buen tiempo regresan otra vez; en ese entonces recién se estaba despejando lo que es jeebaojɨ [Araracuara], por este tiempo empezó la guerra [Colombia-Perú]. De ahí empezaron abrir camino hasta la Sabana como para averiguar quiénes estaban en el territorio. Luego regresaron. Al volver nuevamente, encontraron que en la Sabana vivía un andoque llamado Yuupapa. También no se sabía dónde estaba ubicados el papá de los Negedeka, Atyɨbayɨ con ellos estaba uno de los Nɨfaimɨnajo, llamado buryuchigai , también estaba mi abuelo niigaɨjoɨ a orillas de una quebrada llamada noofaijɨmɨhi [quebrada de hierba rabo de zorro].
Para ese mismo tiempo llegó mi abuela Siryaje con Duufaryu, ɨjɨdeka y naamodeka , muchos vinieron. Ellos pasaban de totumo con destino a jeebamɨhi , entonces mi abuelo niigaɨjoɨ vio el rastro de ellos y los siguió, en eso el perro de los que iban adelante cazó un cerrillo a orillas de la quebrada totobahi [quebrada hongo], ahí fue donde él los alcanzó.
Huellas de la cauchería tomadas por el equipo de investigación del pueblo muinane