Nueve más que nueve

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Publicado

10 abril 2023

Nueve de abril: memorias que resucitan para inspirar el cambio

  • Decenas de ciudadanos y ciudadanas se congregaron en el Exploratorio Nacional y en otros lugares de memoria del país para conmemorar el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, y los 75 años del magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán.
  • Reunidos alrededor del lugar donde está sembrado el cuerpo del líder político, se honró su legado de lucha y la memoria de las personas que han entregado sus vidas a las causas de la paz y la justicia.

Para los pueblos wiwa, kankuamo, arhuaco y kogui, el algodón es una planta sagrada capaz de grabar y contener palabras, recuerdos y anhelos. Se cree que, al depositar en el algodón sus pensamientos, hombres y mujeres pueden conectarse con sus ancestros y con cada uno de los elementos que componen la naturaleza: agua, aire, fuego y tierra. El 9 de abril de 2023, decenas de ciudadanos y ciudadanas reunidas en el Exploratorio Nacional, en Bogotá, recibieron un trozo de algodón por parte de Juan Alimaco Gil y Alejandro Malo, autoridades del pueblo wiwa, y de Jaime Enrique Arias, mayor del pueblo kankuamo. Esto con un objetivo: integrar colectivamente nuestros pensamientos con las memorias de las víctimas de la guerra.

«Al permitirnos conectar con los ancestros y con la naturaleza no solo volvemos a nuestro origen, sino también a nuestra actualidad», dijo Jaime Arias, quien lideró la ceremonia de armonización. Agregó: «al poner en el algodón nuestro anhelo compartido por la paz, nos conectamos con la memoria de Gaitán y con el recuerdo de todas las personas que la violencia nos quitó. Lo hacemos porque no queremos olvidarnos del pasado, pero también porque, a la luz de sus recuerdos y legados, podemos observar con mayor claridad nuestro presente».

De este modo se dio apertura al encuentro Nueve más que nueve: memorias en resistencia, en el marco de la conmemoración del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, y los 75 años del magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán.

 

La resurrección

Este 9 de abril, en el que nos congregamos alrededor del lugar donde está sembrado el cuerpo de Gaitán y en simultáneo acompañamos otros nueve lugares de la memoria en distintas regiones del país, coincidió con la fiesta cristiana de la resurrección. Durante el encuentro, el padre jesuita y defensor de los derechos humanos, Javier Giraldo, recordó que todas las personas que le han entregado sus vidas a las causas de la paz y la justicia resucitan constantemente y germinan, como semillas fecundas, en el talante humano de quienes, en medio de la guerra, insisten en la lucha por la equidad, la verdad, la solidaridad y la fraternidad. Así lo señaló:

En este lugar, en el que la madre tierra acogió hace un tiempo el cuerpo del líder sacrificado, impera una visión de la muerte contraria a la de los sepulcros sellados que marcan el final de todas las interacciones entre el presente y el futuro. Este lugar nos recuerda que las construcciones del espíritu son indestructibles y no caen bajo el imperio de la muerte física. Invocamos a todas las víctimas de este prolongado genocidio para cubrirlas, amorosamente, con nuestra plegaria, inspirada en nuestra fe en la resurrección.

 

Un legado estimulante

Maria Gaitán

Helena Montoya Calderón, Heiner Donaldo Larrota Vargas y Jaimar Velásquez Quitian, jóvenes de Sumapaz y Yacopí (Cundinamarca) son nietos y bisnietos de héroes gaitanistas. Durante el encuentro en el Exploratorio Nacional, ellos sembraron un rosal blanco en la tumba de Gaitán como símbolo de una larga historia de resistencias contra el olvido y con el ánimo de enaltecer la vigencia de sus ideales éticos, políticos y morales.

Tras la siembra del rosal y de una intervención musical de la rapera Diana Avella, el presidente Gustavo Petro Urrego hizo énfasis en lo estimulante que resulta hoy la figura y el legado de Gaitán. «Gaitán nos convoca a pensar en el pueblo como un sujeto histórico que se moviliza por las reformas democráticas y que no se estanca en la trilogía de la violencia, el miedo y la corrupción que ha acompañado el ejercicio tradicional del poder», señaló.

En el mismo sentido, Gloria Gaitán recordó que este 9 de abril se conmemoran «los 75 años de una sublevación popular extraordinaria» y exaltó el lugar protagónico que ocupa el «pueblo humilde, campesino y trabajador» en la transición hacia una democracia directa y hacia las transformaciones culturales que requiere todo cambio político.

«Es preciso incluir en los proyectos del cambio la variable de la cultura, que es, sobre todo, nuestra forma de percibir el mundo», anotó Gloría Gaitán, quien enseguida resaltó que «no hay transformaciones políticas y económicas posibles si no hay una transformación cultural profunda que nos conduzca a organizarnos como sociedad». La hija del político liberal llamó la atención sobre la necesidad de darle impulso y vuelo al Exploratorio Nacional, un lugar que, desde su concepción y creación, se pensó como epicentro de esa «reingeniería cultural» que Colombia necesita.

 

Mantener vivos los sueños

Paz total

Durante el encuentro, el padre Javier Giraldo dijo que son muchas «las oleadas de sangre que han humedecido nuestra tierra y que hoy nos invitan a mirar de frente nuestra experiencia colectiva de muerte, despojo y destrucción de los pilares que sustentan la vida». Darle la cara a esa historia de dolores implica, a la vez, conocer la historia de las resistencias, que es la de esas innumerables resurrecciones en las que, una y otra vez, renacen los rostros, las memorias y las luchas de las víctimas y de quienes le han apostado a transformar el país.

«Mantener vivos esos sueños de cambio es un mandato para todos los colombianos y no solo para algunos. Ese mandato es tan grande como el de conservar los elementos de la naturaleza en los que se fundamenta la vida y tan urgente como el de reconciliarnos entre nosotros mismos y con la Tierra», concluyeron los mayores kankuamo y wiwa durante este encuentro.

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