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Autor

Juan José Toro

Fotografía

Juan José Toro

Publicado

16 Oct 2019

Ritmo del Este: música para la memoria y la paz en Buenaventura

El Museo de Memoria de Colombia inauguró su exposición “Voces para Transformar a Colombia” en Cali con música de Ritmo del Este de Yurumanguí, un lugar donde la memoria, el dolor, la esperanza, el baile y el canto se convierten en uno solo. Un evento lleno de tradición, emotividad y el mensaje de una comunidad que se arraiga a su tierra a través de las expresiones culturales tradicionales.


El lanzamiento de la exposición “Voces para transforma a Colombia en Cali” nos permitió reconocer algunas de las manifestaciones culturales tradicionales del Pacifico colombiano, traídas desde Buenaventura y el río Yurumanguí. Los alabaos y los arrullos eran parte de un proceso de memoria que recoge a generaciones adultas que se desplazaron hacia Buenaventura en épocas de violencia. Ahora, junto a sus renacientes, representan a través de la música, los ejercicios de reconstrucción de la memoria que aportan a la reconciliación de una sociedad herida por el conflicto armado.

La comunidad negra de Yurumanguí vive entrando en lancha por el río a unos 60 kilómetros. La primera vereda es Barranco y la última Juntas, a 120 kilómetros de Buenaventura. Han afrontado diferentes hechos victimizantes: desplazamientos forzados para salvaguardar su vida de los enfrentamientos armados; confinamientos al no poder desplazarse libremente por el río para desarrollar sus actividades económicas, y asesinatos selectivos a sus líderes y representantes más importantes. Hechos que han dejado huellas dolorosas en su memoria colectiva.

Uno de los hechos que más los marcó como comunidad fue la masacre de la vereda El Firme, en donde el Bloque Calima de las AUC asesinó a siete personas de la comunidad y quemó sus casas, lo cual repercutió en la desaparición total de esta en el río.

Algunos de los miembros de este grupo paramilitar aceptaron, en versión libre, que el objetivo era desviar la atención de las Fuerzas Militares, por una masacre que ya habían cometido días antes en el río Naya y en la cual resultaron capturados algunos de sus integrantes. A través de mensajes en las paredes de la vereda quisieron culpar a las Farc de lo ocurrido.

Así, en medio de este contexto, la música se convierte en una herramienta de defensa del territorio y  salvaguarda sus tradiciones. En Yurumanguí afirman que la música es una de las cosas que el conflicto no les ha podido arrebatar. Al contrario, se ha fortalecido como una estrategia de resistencia y visibilización de sus vivencias en el territorio.

Alba Elena Aramburo, reconocida matrona de Yurumanguí, desde que llegó desplazada al barrio Punta del Este en Buenaventura se propuso enseñar en las nuevas generaciones que crecían lejos de su río, el amor por su territorio y sus prácticas tradicionales. Durante años ha creado agrupaciones musicales con niños y jóvenes, miembros de su familia cercana y extensa, hijos, nietos, sobrinos y vecinos, todos de origen yurumanguereño, a quienes ha transmitido a través de sus letras, sus vivencias en el río para que nunca olviden su arraigo a este territorio.




Hoy en día, doña Alba Elena sigue siendo parte del Consejo Comunitario de la Cuenca del Río Yurumanguí. También cuenta con un semillero musical llamado Mar Abierto. De pequeños desarrollan sus habilidades musicales y aprenden sobre la historia de su comunidad y territorio. Ya convertidos en jóvenes pasan a ser parte de Ritmo del Este, una reconocida agrupación musical que ha participado en importantes festivales como Cantores de río en Buenaventura, el Petronio Álvarez en Cali, y otros escenarios como en esta oportunidad, en la exposición Voces para Transformar del Museo de Memoria de Colombia en el Museo La Tertulia. Una manera de llevar su voz, sus historias y su cultura a través de la música en el Valle del Cauca y el país.

Una de las interpretaciones más importantes de Ritmo del Este es “En memoria de mis muertos”, una canción que narra los hechos victimizantes vividos en el territorio, la cual se convierte en un homenaje a aquellos que ya no están. Néstor Castro Aramburo, director de Ritmo del Este e hijo de Alba Elena Aramburo conto que “es una manera de no olvidar lo sucedido y de recordar a quienes ya no están en vida, pero que su memoria nos sigue acompañando”.

Entonan también con especial cariño “Colonia Yurumanguireña”, que refleja el lazo afectivo que permanece entre el rio y la zona urbana y la profunda conexión con su paraíso en la tierra. Doña Alba busca que su música lleve un mensaje de paz y de transformación para la protección de su pueblo, y por eso entona “Paz para Colombia”, una solicitud formal que hacen al Estado colombiano para ponerle un alto a la violencia y avanzar en la construcción y mantenimiento de la paz en los territorios.

Estas iniciativas de memoria, que se han gestado autónomamente en los territorios, son la base de una relación en doble vía establecida por el Museo de Memoria de Colombia. Acciones que permiten comprender y expresar públicamente la memoria que las víctimas han reconstruido en sus regiones, trascendiendo al ámbito nacional e internacional.

El Museo de Memoria de Colombia es un proyecto de país, pues trasciende sus propuestas museográficas, culturales, educativas, artísticas y comunicativas por toda Colombia, a través de la integración y relacionamiento constante con las comunidades y sus  esfuerzos por contar lo que han vivido y transformarlo en mensajes de paz y esperanza.

Experiencias como esta siguen motivando la construcción del Museo y nos brindan aprendizajes que aportan a la creación de escenarios de visibilización y transformación social, liderados por las víctimas.

Si quieren participar de eventos similares, consulten la programación completa.
 
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