25 años de la masacre de Gutiérrez

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Publicado

8 de julio 2024

25 años de la masacre de Gutiérrez: entre la resiliencia y la lucha por la verdad

En la madrugada del 8 de julio de 1999 se vivió uno de los ataques más dolorosos de la guerra en el centro del país entre miembros de la Fuerza Pública y la antigua guerrilla de las FARC-EP; ocurre allí la masacre de Gutiérrez (Cundinamarca), que deja la desafortunada cifra de 38 soldados del Ejército asesinados. 25 años después, las Madres de Gutiérrez continúan exigiendo verdad y justicia por estos hechos. 

De acuerdo con lo manifestado por el Ejército Nacional, alrededor de 500 miembros de las FARC-EP, al mando de Henry Castellanos Garzón, alias Romaña, llegaron al municipio de Gutiérrez con el fin de atacar a los pelotones contraguerrilla, compuestos por menos de 60 hombres del Ejército, en su mayoría eran jóvenes de 18 y 19 años que estaban prestando el servicio militar.

Las FARC-EP veían en el municipio de Gutiérrez un corredor estratégico que les permitía conectar a las diferentes estructuras del Bloque Oriental de este grupo armado con la ciudad de Bogotá; «sin embargo, la presencia del Batallón de Artillería N.° 13 General Fernando Landazábal Reyes se convertía en un obstáculo para conseguir su propósito. Por esta razón, se planeó el ataque en contra de las tropas que hacían parte de esta unidad militar», dice el Ejército Nacional. 

El Centro Nacional de Memoria Histórica explica en su informe Tomas y ataques guerrilleros que, además de estos ataques, las incursiones a cabeceras municipales y centros poblados: 

tuvieron un lugar central en la tarea de desmoronar paulatinamente la presencia del Estado en los escenarios locales y regionales. [...] Presentaron una amplia gama de fines que cambiaron con el tiempo debido a las dinámicas de la guerra. Pasaron de ser propagandísticas, en su origen, a tener unos objetivos plenamente articulados a una estrategia de acumulación territorial, es decir, ampliar las retaguardias de los frentes, mantener los corredores de comunicación y afianzarse en zonas estratégicas por sus recursos o por sus ventajas políticas y militares. (2016, p. 14).

Para Viviana Osorio, hermana del soldado Helmer Revelo Sarmiento quien murió en este ataque, esta conmemoración significa que sus seres queridos no sean olvidados y «lo más importante, transmitir el dolor de una partida que, podrán pasar años, pero sigue latente. Expresar lo injusta que nos parece esta guerra que no solo quita vidas, si no que se lleva consigo una infinidad de cosas. De alguna forma, este evento nos hace estar más cerca a lo último que vivieron y tratar de apaciguar este sentimiento de rabia, de impotencia».

Marco Tulio Morales, uno de los sobrevivientes del ataque a Gutiérrez, cuenta en uno de los eventos de conmemoración de esta importante fecha: «Hay esperanza, después de mucho tiempo de nosotros estar creyendo que no teníamos voz, que éramos olvidados de este conflicto, nos dieron una luz de esperanza, de saber que no nos habían olvidado, de que los sobrevivientes todavía estamos en la memoria del Ejército, es un signo de esperanza». 

En el 2014, el Consejo de Estado, con ponencia del hoy magistrado de la JEP Danilo Rojas Betancourth, condenó al Estado colombiano por la masacre y la ausencia de planeación militar que puso en peligro a los soldados. 

En septiembre del 2020, las madres de los soldados asesinados, quienes decidieron nombrarse Madres de Gutiérrez, con el apoyo de la Corporación Mil Víctimas, presentaron a la JEP el informe Madres de Gutiérrez. Porque el sufrimiento de las madres de los soldados de Colombia también nos debe doler. Con el documento, las Madres de Gutiérrez buscan ser reconocidas como víctimas por el tribunal y la sociedad colombiana, reivindicando un poco la memoria y el sufrimiento que durante estos años han vivido las víctimas. 

Las Madres de Gutiérrez continúan su reclamo por ser reconocidas y visibilizadas por la sociedad colombiana, que en su mayoría ha ignorado el sufrimiento de las familias de los uniformados quienes en medio del conflicto armado ofrendaron su vida y se enfrentaron a las más crueles prácticas demenciales de la guerra. La verdad, la justicia y la reparación es un pendiente para las Madres de Gutiérrez, que aún continúan a la espera del reconocimiento de los hechos por parte de las extintas FARC-EP.

Hoy, 25 años después, traemos a la memoria a José Gerardo Henao Escobar, René Cabrera Duque, William David Lozano Salamanca, Simón Gómez Figueroa, Nelson Oviedo Tafur, Jhon Jairo Cardozo Reyes, Mauricio Rojas Lovera, Enoc Antonio Polo Días, Francisco Castañeda Marín, José María Gómez Márquez, Fredy Reinaldo Grillo Dimaté, Edward Yaxon Carrión Bello, Giovanni Andrés Rodríguez, Bartolomé García Garzón, José Rodrigo Mendoza Mora, José Ferreira Castellanos Chacón, José Alfredo Quintero González, Giovany Chinchilla Borrero, Orlando Reyes Fredy, William Tovar, Fernando Rincón Vergara y Ricardo Rafael Jiménez Linares, y a cada uno de los 38 soldados asesinados en este hecho. Por recuperar y construir todas las memorias, todas, para que estos hechos no se repitan nunca más.

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