En el Día Internacional de la Mujer, el CNMH reafirma su compromiso con las mujeres y organizaciones sociales que adelantan procesos de reconstrucción de memoria histórica con enfoque de género.
Ser mujer y defensora de derechos humanos es difícil en muchas comunidades de Colombia. Muchas de ellas se enfrentan a la inequidad y discriminación causadas por el machismo y una estructura patriarcal que todavía permea muchos niveles de la cotidianidad. Y en un país que lleva décadas en conflicto armado, las defensoras de derechos humanos están expuestas a mayores probabilidades de ser víctimas de violencias que van desde el desplazamiento forzado hasta distintas formas de violencia sexual.
Las cifras del Registro Único de Víctimas, a corte de enero del 2020, indican que más de 4 millones de mujeres han sido desplazadas, más de 28 mil han sido víctimas de violencia sexual, más de 450 mil han sido amenazadas y más de 4 mil han sido torturadas. Además, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, desde el año 2016 han sido asesinadas al menos 36 lideresas sociales y defensoras de derechos humanos en Colombia.
Este 8 de marzo, el Centro Nacional de Memoria Histórica se une a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, una fecha para visibilizar las luchas e iniciativas que lasdefensoras de derechos humanos han liderado en sus territorios. A pesar de los retos para su seguridad, ellas continúan exigiendo sus derechos y los de miles de mujeres que son víctimas de condiciones sociales desiguales y distintas formas de violencia.
En cada región de Colombia hay mujeres que se organizan para enfrentar la violencia y el machismo, para proteger los cuerpos de agua y los bosques, para dar oportunidades de educación y recreación a niños y niñas, para exigir que se sepa la verdad sobre sus familiares asesinados o desaparecidos por actores armados, para preservar sus tradiciones y prácticas culturales. Esa labor, que debería ser exaltada, las ha puesto en mayores condiciones de vulnerabilidad.
Consciente de los riesgos que enfrentan hoy en día las lideresas sociales y defensoras en Colombia, el CNMH se vinculó con el Programa Integral de Garantías para las Mujeres Lideresas y Defensoras de Derechos Humanos, que busca abordar estas violencias a partir de tres estrategias: prevención, protección y garantías de no repetición. Para garantizar la no repetición es clave reconstruir, preservar y divulgar la memoria histórica de lo ocurrido, con énfasis en el reconocimiento del trabajo comunitario desarrollado por las mujeres en territorios con presencia de actores armados.
Este año, como parte de los compromisos asumidos con ese programa, el equipo del Enfoque de Género del CNMH acompañará tres iniciativas de memoria histórica con diversos sectores de mujeres. Una de ellas será con lideresas sociales y defensoras de derechos humanos en varios territorios del país. Otra será con mujeres indígenas víctimas de desplazamiento forzado. Y una más visibilizará la situación de derechos de mujeres afrocolombianas e indígenas víctimas del conflicto armado con orientaciones sexuales e identidades de género no heteronormativas.
Además, el Enfoque de Género del CNMH trabaja en una publicación que integra crónicas de mujeres afrocolombianas víctimas de violencia sexual y en una cartilla para abordar las violencias basadas en género en ambientes escolares. También tiene una línea de trabajo encaminada a incluir las voces de mujeres lideresas sociales y defensoras en el guión museografico y la programación cultural del Museo de Memoria de Colombia.
Continuar haciendo memoria histórica con perspectiva de género es urgente y necesario. En palabras de María Elvira Solís, lideresa de la Asociación Casa Cultural El Chontaduro en Cali: “Es bueno conocer el trabajo que hacen las mujeres por sus comunidades para perder el miedo que nos ha marcado de por vida. Nosotras hemos sido el botín de guerra, pero trabajamos desde el amor, desde la justicia, desde la solidaridad y la hermandad”.