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Publicado

4 de mayo 2022

La violencia sexual no empezó con la guerra

  • «Cartografías del cuerpo» es un ejercicio en el que se comparten relatos y testimonios de las personas víctimas de violencia sexual.
  • Este trabajo busca una reparación simbólica a partir talleres en los que se busca romper el silencio individual con un enfoque diferencial de género, étnico y poblacional.

En la decimotercera jornada de la XXXIV Feria del Libro de Bogotá, se dieron cita más de 45 personas en el estand del Centro Nacional de Memoria Histórica para participar en el conversatorio «Cartografías del cuerpo» como mecanismo de reparación simbólica: el caso de los talleres de la Red de Mujeres, Víctimas y Profesionales.

Con la moderación de Laura Vera, del equipo de Curaduría de la Dirección Técnica del Museo de Memoria de Colombia, el público presente escuchó los testimonios de Ángela Escobar, representante legal de la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales, y sobreviviente de la red de mujeres indígenas, Paola Caicedo, sobreviviente de la comunidad LGBTI, y Joel Chayanee. Durante más de 75 minutos, los panelistas invitados intercambiaron con el público presente los avances en la lucha por visibilizar este hecho victimizante que sigue azotando a muchos colombianos y colombianas.

Ángela Escobar expresó que «la violencia sexual no comenzó durante el conflicto armado interno, nuestra lucha está centrada en la comprensión de la violencia no desde la guerra, sino por otros motivos que siguen existiendo». Las cartografías del cuerpo significan la huella que la violencia sexual ha dejado en sus víctimas: «cada hecho tiene un cuerpo marcado, un nombre, una realidad que queremos cambiar, para que nunca más suframos la violencia en ninguna de sus formas», manifestó visiblemente emocionada Paola Caicedo. De otra parte, Joel Chayanee afirmó que las acciones emprendidas durante los procesos de negociación entre el Estado y los grupos al margen de la ley «ha sido positivo porque el mundo conoce qué fue lo que pasó, pero necesitamos que los casos de violencia sexual no se vuelvan paisaje en la investigación, porque no queremos que haya impunidad».

Los panelistas invitados coincidieron en que una medida de reparación y no repetición es contar la verdad y compartirla, «eso nos ayuda a sanar, a que no se repita el hecho violento, a que la sociedad entienda que violentar un cuerpo no es un trofeo de guerra, no es una victoria, es matar en vida un ser humano», indicó Angela Escobar.

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