Veteranos de la fuerza pública que han sido víctimas del conflicto armado y han encontrado en el arte country el medio para sanar sus heridas, participaron de un taller para incluir sus voces y las de sus familiares a la construcción de memoria histórica del país. La Estrategia de Iniciativas de Memoria Histórica y el Enfoque Diferencial de Discapacidad del Centro Nacional de Memoria Histórica, y el Museo de Memoria de Colombia, acompañaron la actividad en la División de Veteranos y Rehabilitación Inclusiva (DIVRI).
Gloria Ospina, líder de esta iniciativa de memoria histórica, explicó que este proceso partió de un acercamiento con la Unidad Policial para la Edificación de la Paz -Unipep-, para invitar a los participantes a construir memoria mediante el arte country, contar sus historias de vida, lo sucedido en el conflicto armado y su proceso personal de resiliencia. “Mediante este lenguaje expositivo buscamos dignificar y visibilizar sus historias de vida. Porque, para nosotros, desde el CNMH, lo importante es siempre dignificar y escuchar las memorias de las personas que participan con nosotros en iniciativas de memoria histórica”, señaló.
Arte que repara y dignifica
Además de trabajar en la creación de piezas artísticas que expresan sus experiencias y conformarán una exposición, en los encuentros de creación artística, los participantes de esta iniciativa —policías que sufrieron diferentes formas de victimización en el conflicto armado, en diferentes territorios— han podido crear lazos de confianza y se han sentido parte de un proceso dignificante.
“El taller tuvo tres momentos: primero, el acompañamiento del Enfoque de Discapacidad para incluir las voces de los participantes y sus familias en la construcción de memoria. Segundo, la intervención del Museo, para explicar la importancia de la memoria y el valor de los objetos en una exposición. Y, por último, desde la Estrategia de Iniciativas de Memoria Histórica, se continuó trabajando en visibilizar las narrativas de vida mediante los baúles que se están elaborando y las maquetas que cuentan lo que les sucedió en el conflicto armado”, explicó la líder de la iniciativa.
Fabio Humberto Cely, mayor (r) de la Policía, quien sufrió la amputación de su mano derecha por un artefacto explosivo que le lanzaron guerrilleros del ELN, y participa de este proceso, señaló que cerca de 400.000 miembros de la fuerza pública han sido reconocidos como víctimas del conflicto armado. “A pesar de que ingresamos a una institución sabiendo que podíamos incluso morir en el servicio, eso no nos quita la calidad de seres humanos —esposos, padres, hijos—. Entonces, no porque tengamos ese uniforme algunos elementos de la sociedad tienen la facultad de agredirnos. Gracias hoy al CNMH y a la Unidad de Víctimas somos reconocidos como víctimas”, aseguró.
“No hay dinero que devuelva una parte amputada, una pérdida auditiva o una pérdida visual; no hay dinero que valga una parte del cuerpo. Pero lo que ha hecho el CNMH es escucharnos. No es solo venir a pintar un cajón, es recordar, no victimizar, pero sí es apoyo y escucha”, dijo Edwin Gudyardy, otro de los participantes de la iniciativa.