Colectivos artísticos y culturales de la comuna 13 de Medellín realizaron este lunes, junto al Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), el lanzamiento del libro ilustrado Arte, memoria y vida. Comuna 13 y vereda La Loma. Este producto recoge las historias narradas por las voces de diversas generaciones que han creado memoria y paz, así como los colores y formas con las que plasman su territorio y sus experiencias atravesadas por el conflicto intraurbano.
“En el libro está consignado que la violencia es una marea que va y vuelve. El trabajo de estos colectivos es decirle a la guerra que la muerte no gana”, señaló María Camila Mojica, integrante del equipo de Iniciativas de Memoria Histórica del CNMH, quien lideró por más de dos años los encuentros entre los colectivos que aportaron a la construcción de este libro. Durante la presentación oficial del libro, destacó el trabajo por la paz y la convivencia que realizan las organizaciones culturales El Descontrol, Colectivo Cultural San Pedro, Jóvenes Dejando Huella, Corporación Cultural Recreando, Teatro Sepia, Pradearte y SerTeatro de la Institución Educativa Eduardo Santos, representadas en Arte, memoria y vida. Comuna 13 y vereda La Loma. “Fue más lo que aprendimos durante el proceso que lo que llegamos a transmitir, porque tienen un trabajo muy valioso, que vienen desarrollando en el territorio, que para mí es un ejemplo para el país en el tema de construcción de paz”, apuntó.
El evento de lanzamiento, en el teatro La Hora 25 de Medellín, incluyó la presentación de la obra Los sueños del Lobo, a cargo de Teatro Sepia, y un conversatorio en el que varios de los autores del libro expusieron sus experiencias del proceso y se proyectaron las páginas del mismo, en un recorrido gráfico acorde con el diálogo sobre la construcción.
Tonos y trazos a partir de los sueños
Prisila Natalia Alzate, docente y gestora de esta iniciativa de memoria acompañada por el CNMH, así como también apoyada durante su trayectoria por la Universidad de Antioquia y la Corporación Región, valoró el proceso de construcción colectiva del libro a través de las organizaciones participantes. “Ellos dejaron unos tonos, porque no solamente son las voces, esos estilos narrativos a nivel de la escritura, sino también tonos a través del color, porque muchos de los jóvenes que hicieron parte de este proceso son personas que han apostado por el grafiti, por la ilustración, el teatro… Es un libro que se teje a través de esos tonos y trazos, y que está hecho a partir de los sueños”, señaló.
Para Diego Álvarez, líder del Colectivo Cultural San Pedro, el libro es muestra de que se ha cumplido el objetivo de aportar a un cambio a través de nuevas oportunidades para las generaciones presentes y futuras. «Decíamos que con un solo joven que sacáramos de las calles, que lográramos motivarlos a hacer algo diferente… [Esa] fue nuestra motivación inicial. Y tuvimos una respuesta cada vez más grande”, comentó.
La construcción del libro incluyó encuentros entre los diferentes colectivos, en los cuales se propició el intercambio alrededor de sus diferentes técnicas artísticas y expresivas, así como también de sus mensajes para la construcción social, de paz y convivencia en su territorio. A partir de las narraciones que componen el libro y junto con sus autores, los artistas Santiago Londoño, del Colectivo Cultural San Pedro, y Carlos Hurtado, de Teatro Sepia, pintaron en acuarela las ilustraciones que se incluyeron en la publicación.
“Lo que más me ha gustado de este proceso es la apropiación que hemos tenido con nuestro territorio, con nuestro cuerpo, con nuestra palabra, con nuestras habilidades; el baile, nuestras narrativas, con el arte”, dijo a su vez Joselyn Enríquez Grisales, del colectivo El Descontrol, quien también participó del proceso de construcción de memoria colectiva e individual.