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CNMH El CNMH apoyará la construcción de lo que será el primer lugar de memoria de los pueblos indígenas de Colombia.

Publicado

16 de junio 2024

El CNMH apoya la construcción del primer lugar de memoria de los pueblos indígenas de Colombia

A finales de mayo, algunos funcionarios del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) asistieron a un encuentro con las autoridades indígenas del pueblo arhuaco en la Sierra Nevada de Santa Marta para seguir ideando esta iniciativa.

Para los pueblos indígenas, la Sierra Nevada de Santa Marta no es vista como un destino turístico, sino que es considerada el corazón del mundo. La biodiversidad de aquel ecosistema es evidente, ya que se encuentran los tres pisos térmicos en un mismo lugar: es posible pasar del cálido seco a las nieves perpetuas, de las que nacen lagunas y ríos, característicos del Caribe colombiano.

En medio de estas montañas, está ubicado Pueblo Bello (Cesar), el cual, de acuerdo con Yoraima Navarro, integrante del pueblo arhuaco, es «el único municipio que está incrustado en la Sierra Nevada de Santa Marta». Ahora bien, a pesar de la belleza del territorio, la mujer destacó que el hogar de múltiples especies y de cuatro comunidades indígenas «fue hace mucho tiempo zona roja, con presencia de paramilitares».

Es así como en la memoria de los habitantes de Pueblo Bello persisten esos recuerdos del conflicto armado; sin embargo, los arhuacos han mostrado su disposición para caminar hacia un país en paz. «La humanidad está enferma porque no es capaz de perdonar —reflexiona Navarro—. Si nos quedamos con el dolor, nunca vamos a sanar esas heridas». 

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Bajo esa premisa, los integrantes del pueblo arhuaco se han reunido en varias ocasiones, desde el 2023, con los líderes y lideresas de 23 comunidades indígenas del norte del país. De acuerdo con el mamo Menjabín, líder del lugar sagrado Busintana, en esos encuentros, «se habló de la posibilidad de crear un centro de memoria histórica en el territorio, para el territorio y desde el territorio».

La idea es que el espacio esté en contacto con la naturaleza, es decir, que la construcción no altere el ecosistema, sino que se adapte a él. «Es la oportunidad de tener un museo vivo, un lugar para recrear la cultura y la paz», señaló el mamo Menjabín, quien espera que la palabra circule en aquel paraje, con la participación de las comunidades. 

Además, de acuerdo con él, «que este piloto sea en la Sierra es un paso importante para la reivindicación de los territorios que nunca han tenido una voz viva».

 

 
 
 
 
 
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El acompañamiento del CNMH

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) apoyará la ideación y construcción de lo que será el primer lugar de memoria de los pueblos indígenas de Colombia. «Estamos llegando a acuerdos con alcaldías municipales para que apoyen su administración y construcción en sus planes de desarrollo», señaló María Gaitán Valencia, directora del CNMH. 

A finales de mayo de 2024, los y las funcionarias de la entidad se reunieron con las autoridades indígenas durante tres días para seguir tejiendo esta iniciativa. Según el mamo Menjabín, en ese tiempo, hubo reflexiones enriquecedoras y se estableció que el lugar de memoria será construido en el mirador de Busintana, una escuela de saberes del pueblo arhuaco, caracterizado por ser un jardín botánico.

Este mirador es un espacio simbólico para el pueblo indígena, pues allí se asiste para «sanar la memoria de la tierra y la memoria del país», precisó Menjabín. De ese modo, el centro que se está gestando permitirá transformar y transmutar los recuerdos dolorosos del conflicto armado para así «encontrar esta anhelada paz en el territorio».

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La oportunidad de transitar el dolor hacia la reparación ya empezó a gestarse en Busintanta. Durante el encuentro, un grupo de mujeres de los pueblos arhuaco, wiwa y kankuamo se reunió no solo para reflexionar, sino también para participar en actividades en las que sus heridas fueron abrazadas por las otras. 

De este modo, las huellas del conflicto armado en sus cuerpos y sus espíritus quedaron en evidencia durante un ejercicio de sanación. Cada una tenía una muñeca de trapo que representaba a su niña interior y, con los ojos cerrados, brotaron las lágrimas acompañadas de palabras de perdón y reconciliación.

 

  • Reunión de mujeres indígenas en Busintana (Pueblo Bello, Cesar).

    Reunión de mujeres indígenas en Busintana (Pueblo Bello, Cesar).

  • Reunión de mujeres indígenas en Busintana (Pueblo Bello, Cesar).

    Reunión de mujeres indígenas en Busintana (Pueblo Bello, Cesar).

  • Reunión de mujeres indígenas en Busintana (Pueblo Bello, Cesar).

    Reunión de mujeres indígenas en Busintana (Pueblo Bello, Cesar).

  • Reunión de mujeres indígenas en Busintana (Pueblo Bello, Cesar).

    Reunión de mujeres indígenas en Busintana (Pueblo Bello, Cesar).

 

La memoria como brújula del futuro

Para el CNMH, acompañar el proceso de este lugar de memoria significa reconocer la memoria como brújula del futuro. Así lo indicó María Gaitán: «Tenemos que irnos a este pasado del que nos hablan los pueblos indígenas para entender qué somos como civilización y comprender nuestros compromisos como sociedad y con la naturaleza». 

Así pues, en la Sierra Nevada de Santa Marta no solo confluye la magia de los tres pisos térmicos o la diversidad de la fauna y la flora, sino que también habita el poder de la memoria. «No podemos permitir que la memoria se muera —afirmó el mamo Menjabín— porque así fallece la vida tanto del ser como del territorio».

De esa manera, la brújula del futuro tendrá un espacio en el corazón del mundo y el camino hacia la paz solo será posible desde la voluntad de cada colombiano y colombiana. Para la autoridad indígena, «todos somos una especie de lámpara viviente o agentes de cambio, y cada una de las cosas que hacemos a diario es una oportunidad».

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