Jóvenes de Yolombó, Antioquia, aprenden a narrar el conflicto en sus historias

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CNMH El escritor antioqueño Gilmer Mesa, autor de los libros «La cuadra», «Travesías» y «Aranjuez», compartió con un colectivo de jóvenes elementos propios de la literatura orientados a abordar las historias que se han propuesto contar en su libro.

Publicado

10 de julio 2024

Jóvenes de Yolombó, Antioquia, aprenden a narrar el conflicto en sus historias

Integrantes del colectivo Entre calles, cañas y montañas lideran la iniciativa «Salvaguardas de la memoria», en la cual contarán con su propio lenguaje el impacto del conflicto en este municipio del Nordeste antioqueño.

Cuando era niño, en Yolombó (Antioquia), Carlos Gómez imaginaba el avión fantasma como un pájaro huesudo. Una noche, se despertó con un ruido muy fuerte, se levantó y encontró a su papá prendido de una de las vigas del patio, mirando hacia la cúpula de la iglesia que se iluminaba en un cielo de relámpagos. Su papá le dijo que volviera a dormir, que era una tempestad. Pero, al día siguiente, la gente hablaba bajito en el pueblo, hasta que un vecino saludó con una respuesta que no era apta para niños: «Nos salvamos ayer. Si no hubiera pasado el avión fantasma, nos hubieran volado a todos».

«Ya después me di cuenta de qué era un avión fantasma y cuál era su función en el conflicto», cuenta Carlos, quien hoy lidera el colectivo Entre calles, cañas y montañas. En sus reuniones, alrededor de las novelas del escritor antioqueño Gilmer Mesa, los jóvenes de Yolombó y algunos adultos han encontrado un espacio para nombrar la guerra a partir de sus propios recuerdos. 

En ese espacio nació la idea de escribir un libro sobre el conflicto armado con sus historias y las de sus familias, iniciativa que, con el nombre «Salvaguardas de la memoria», acompaña hoy el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH)

«Las historias narradas en los escritos de Gilmer Mesa representan, para el colectivo, sus propias vivencias del conflicto en el municipio —destaca Claudia Elena Restrepo, del equipo de Iniciativas de Memoria Histórica del CNMH—. A través de sus personajes y situaciones, las y los jóvenes sienten contada su propia historia».

Aprender de la literatura a narrar el conflicto en historias

Jóvenes de Yolombó, Antioquia, aprenden a narrar el conflicto en sus historias

El colectivo Entre calles, cañas y montañas es un espacio de encuentro alrededor de la producción literaria de Gilmer Mesa, autor con el que se han identificado desde la representación de historias del conflicto.

Para contar sus historias en un libro, los jóvenes del colectivo Entre calles, cañas y montañas participaron en un taller de escritura creativa con el autor Gilmer Mesa. El creador de los libros La cuadra, Travesías y Aranjuez compartió en este espacio elementos propios de la literatura orientados a abordar las historias que se han propuesto contar. 

Para el escritor, la literatura permite hacer memoria desde el arte y construir una radiografía, con mayor identidad, del sentir de quienes han vivido las afectaciones de la guerra. «Unos muy directamente y de manera tangencial la mayoría, todos hemos sido víctimas de este conflicto, porque todos los sucesos históricos tienen unos hechos y unos ecos, y nosotros hemos absorbido esos ecos. Sobre todo, porque el conflicto se da en los sitios donde el Estado no llega o no llega del todo, y la ruralidad y los barrios populares comparten esas condiciones».

«El conflicto es algo que indirectamente nos perjudicó de alguna manera: hizo desplazar a nuestras familias, dejó pérdidas, problemas emocionales —cuenta, por su parte, Juan Felipe Cardales, de 16 años, integrante del colectivo Entre calles, cañas y montañas—. Son cosas que hacen que conozcamos nuestro pueblo y, a partir de eso, mejoremos y no dejemos morir la historia que, al fin y al cabo, hace que seamos Yolombó y seamos las personas que somos».

La memoria con las historias propias

Yolombó lleva en su memoria los impactos de las acciones de la guerrilla y el paramilitarismo, al punto que una cuarta parte de su población está inscrita en el Registro Único de Víctimas.

«Estos espacios se siguen haciendo necesarios. Siento que hay muchas posturas que dicen que la guerra está sobrediagnosticada y la verdad es que yo siento que no. Hay mucho por contar y hay mucho que escuchar aún a las comunidades y mucho que trabajar por ese lado todavía», señala Carlos Gómez. 

Es así como la iniciativa «Salvaguardas de la memoria» busca que la memoria histórica la construyan quienes han escuchado sobre el conflicto en sus historias familiares. «Quién más que las personas que se encuentran a diario con las víctimas del conflicto para que sean los que conozcan esas historias, las recolecten y las guarden. Es una forma de generar nuevamente y reconocer el tejido que tenemos perdido», concluye.

 

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