Las víctimas abrazaron sus memorias y resistencias junto al CNMH
El CNMH desarrolló exposiciones temporales el 9 de abril para promover la reflexión sobre la memoria histórica, el esclarecimiento de la verdad y el reconocimiento a las víctimas del conflicto armado.
Bogotá, 9 de abril de 2025. Las víctimas del conflicto armado interno abrazaron las memorias colectivas y resistencias de más de 77 años por el país que quieren hacer florecer. El Exploratorio Nacional acogió las luchas y reflexiones de quienes trascienden con dignidad la violencia, en un diálogo que entrelazó el pasado, el presente y el futuro de Colombia. Talleres, conversatorios, exposiciones y un recorrido virtual por lugares de memoria del país identificados por el CNMH, tejieron la conmemoración del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia.
«Tenemos que lograr la empatía de toda la sociedad colombiana con lo que está pasando en el país desde hace más de 75 años. Gracias a todas y todos por acompañarnos el día de hoy a abrazar las memorias colectivas», señaló la directora general del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), María Gaitán, en la jornada que también conmemoró la lucha por el poder popular de Jorge Eliécer Gaitán.
Con un collage de telas y tejidos elaborados, las representantes de 70 organizaciones víctimas de agresión sexual, unidas en la Fundación Arrópame con tu Esperanza, arroparon la Casa Museo Gaitán, el primer lugar de memoria en el país. Los hilos y las telas de todos los colores componen relatos de resistencia, amor y memoria. Las tejedoras abrieron un diálogo en torno al poder de sus bordados, la violencia política que han padecido y sus luchas por la verdadera democracia.
«Pensamos este arropamiento como espacio para encontrarnos como víctimas, pero también para llegar a esa sociedad que simplemente vio la guerra por televisión», comentó Yolanda Perea, activista en defensa de las víctimas de violencia sexual en el conflicto armado y coordinadora de la Fundación Arrópame con tu Esperanza.
Arropamiento de la Casa Museo Gaitán con telas e imágenes cocidas por mujeres víctimas de violencia sexual.
Además del arropamiento, el CNMH desplegó, desde la Dirección de Museo de la Memoria, exposiciones, instalaciones y talleres para convocar encuentros y diálogos que aporten a la reflexión y comprensión de las causas, responsables, impactos y resistencias del conflicto armado interno en Colombia.
El Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH, aportó las fechas y los hechos más emblemáticos que dan cuenta del conflicto armado interno en Colombia— luchas por la tierra, disputas políticas, violencias contra sectores sociales excluidos, entre otras— para el montaje de la exposición Hitos del conflicto armado en Colombia.
La exposición La Época. La guerra de Villarrica (1954), recupera y presenta registros gráficos del periódico La Época, que, según la Comisión de la Verdad, representan una historia vetada, oculta y borrada de la memoria colectiva sobre el inicio de la guerra antiinsurgente en Colombia.
Tanto el taller Voces para transformar a Colombia, espacio de diálogo y escucha sobre la preservación de la memoria contra la impunidad desde la construcción de esta exposición como apuesta de memoria histórica ante los intentos negacionistas, como el Árbol de las voces: testigo y guardián de la historia, también hicieron parte de la jornada.
«El árbol nació en tierra quemada. Sus raíces vencieron las cenizas y sus ramas tocaron el cielo. Hoy da frutos, pero su corteza aún muestra las marcas del fuego», explicó Wilfrid Massamba, autor de esta instalación que registra la resistencia y sabiduría de quienes lideran la reconstrucción de la memoria histórica.
Línea de tiempo «Hitos del conflicto armado interno en Colombia», elaborada por el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica.
«Quiero que saquen a Gaitán de su tumba [...] y llevarlo al patio de la tierra, no para enterrarlo, sino para sembrarlo, porque no es cadáver, sino semilla», aseguró Gloria Gaitán, la hija de Gaitán. La conmemoración del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia también estuvo marcada por la figura de Jorge Eliécer Gaitán.
En homenaje al líder popular, cuyo asesinato, el 9 de abril de 1948, partió en dos la historia del país, se rodeó de 500 rosas (donadas por Asocolflores) alrededor del surco que simboliza su continuidad en el presente y que enmarca su vida entre 1903, año de su nacimiento, y el infinito. Su legado sigue llamando a construir paz con justicia social.
Homenaje en el centro del Exploratorio Nacional, en el surco que recuerda a Jorge Eliecer Gaitán.
Diego León Rodríguez, docente de la Universidad Externado de Colombia, doctor en Psicología y magíster en Neurociencia, y Gloria Gaitán dialogaron en el conversatorio Exploratorio Nacional Jorge Eliécer Gaitán: neuroarquitectura para la paz.
Gloria Gaitán reiteró el pedido al gobierno de llevar a buen término esta obra, un proyecto ideado desde los años 70 para la transformación de la cultura nacional mediante la promoción de una mentalidad participativa que fomente relaciones colectivas empáticas, pacíficas y solidarias.
«Jorge Eliécer Gaitán siempre luchó porque en Colombia no hubiera una democracia representativa, sino una directa. Por eso, siempre le apostó a un cambio cultural y esto empezó a hacerlo a partir de la psicología y la psiquiatría. […] Este edificio será construido justamente en línea con lo que quería Gaitán: cambiar la mentalidad de la gente», dijo.
«Será una plaza donde el pueblo no sea espectador, más bien una plaza donde el pueblo participe en su propia construcción», aseguró Diego León Rodríguez. Agregó que el edificio permitirá conectar a las personas y, además, generar empatía y sensibilidad. «Que este espacio sea un espacio vivo en donde las personas puedan interactuar con las obras de arte, los laboratorios, y se pueda suscitar este cambio con el que soñó Gaitán en un principio», explicó el docente, que abordó el proyecto desde la disciplina de la neuroarquitectura.
«El exploratorio coincide con un cerebro: en la mitad está el tálamo, que da la pauta de la conciencia, el director de la orquesta, que quedaría en este exploratorio ubicado en el surco, la semilla metafórica, y literalmente es Gaitán cobijando y coordinando la conciencia colectiva y participativa de este lugar».
Así se vivieron algunos de los escenarios permanentes de nuestra conmemoración «Las víctimas abrazan memorias».
La violencia que afecta una vez más a las comunidades en la región del Catatumbo, en Norte de Santander, así como en otros territorios del país, fue eje del conversatorio Diálogos de luchas y resistencias, del que participaron Leidy Yesenia Mora, Edith Katherine Hernández y Ramón Antonio Sánchez, tres líderes de esta región, que a pesar de ser de diferentes generaciones, han vivido la violencia.
Leidy Yesenia se refirió a las resistencias en este espacio que recogió las voces de quienes, con coraje han defendido la vida en medio del conflicto armado y lo siguen haciendo. «Nos organizamos en asociaciones de mujeres para cambiar la calidad de vida de todas. Nosotras ponemos a los muertos que son nuestros hijos, hermanos y padres; estamos cansadas. Allí nace la necesidad de que las mujeres estemos unidas».
«El conflicto lleva demasiados años en Tibú. Han desplazado, secuestrado y desaparecido líderes simplemente por ser líderes. Nos acusan de guerrilleros y cocaleros. Pero somos personas que creemos en la paz», afirmó Edith Hernández.
«Que no se repita la violencia va a ser difícil, por los apetitos políticos la violencia se volvió un instrumento político […]. Tenemos que silenciar las armas: esta es otra época y tenemos que hablar», advirtió, por su parte, Ramón Sánchez.
Al diálogo siguió la proyección del capítulo 5 de la serie documental Escuela propia etnocultural Saddou, en el Cine-foro en homenaje al Catatumbo que también suma voces de esta región, marcada por la violencia, pero al mismo tiempo por la resistencia y la dignidad que defienden sus habitantes.
Para cerrar la jornada, agradecer a los participantes y recordar la importancia de la Memoria y la Verdad para el fin de este conflicto armado interno de más de 75 años, el CNMH ofreció un canelazo con empanada.