La ANUC: un legado vivo de lucha y dignidad campesina en Colombia

Crédito: Banco de la República 

La Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) no es solo un nombre en los libros: es la historia de millones de voces que, desde hace muchos años, han gritado por justicia, por tener su propia tierra y por vivir con dignidad en el campo colombiano. Es la prueba viva de cómo, cuando la gente se une y resiste, puede cambiar las cosas.

Para entender por qué nació la ANUC, tenemos que viajar a la Colombia de los años 60. En ese tiempo, la tierra estaba en manos de unos pocos, mientras la gran mayoría de campesinos vivía con lo mínimo, sin un pedazo de tierra que fuera suyo ni esperanzas de mejorar. El campo estaba cansado y lleno de problemas, y se sentía la necesidad urgente de una reforma agraria, de que la tierra se repartiera de forma más justa. Fue así como en varias regiones, como en Quinchía (Risaralda) o Sincelejo (Sucre), la gente empezó a organizarse y a moverse, sembrando la semilla de lo que sería un gran movimiento en todo el país.

Como resultado de ese cansancio y de la necesidad de una voz fuerte y unida, el 7 de julio de 1970, en el Capitolio Nacional, en Bogotá, nació oficialmente la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), en el que sería un día histórico. El primer congreso de campesinos de todo Colombia se unió para darle vida a la organización más grande y representativa que el país había visto hasta ese momento. Su meta era clara: ser la voz de los campesinos frente al Gobierno y defender sus derechos.

Un año después de su nacimiento, el 5 de junio de 1971, en Cúcuta, Norte de Santander, la ANUC presentó lo que serían sus ideas principales y su plan de trabajo. Este encuentro fue fundamental, porque allí se definieron los puntos clave de su lucha: conseguir una reforma agraria real, que los campesinos tuvieran acceso justo a la tierra, que pudieran participar en las decisiones que los afectan y, sobre todo, que se les diera el valor y la dignidad que merecían. La visión que se creó en Cúcuta se convirtió en la guía de su incansable lucha.

Desde que nació, la ANUC se volvió un jugador principal en las decisiones sobre el campo colombiano. En sus primeros años, sus asociados hicieron grandes marchas, recuperaron tierras y trabajaron duro para que la reforma agraria de ese momento se cumpliera. Sin embargo, la organización también tuvo que enfrentar problemas internos, además de la represión y la dura violencia que siempre ha golpeado a nuestras zonas rurales. 

En la actualidad, la ANUC continúa siendo un ejemplo clave para el movimiento campesino. Su historia nos recuerda con mucha fuerza lo importante que es organizarse como comunidad y no rendirse jamás ante las dificultades. El impacto de la ANUC va más allá de las fechas; vive en cada surco que se abre, en cada familia que protege su pedazo de tierra y en cada voz que pide un campo más justo y equitativo en cada rincón de Colombia. Su legado nos inspira a seguir construyendo un país donde la dignidad de nuestros campesinos sea lo más importante.

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