El pasado 20 de septiembre se llevó a cabo la primera sesión presencial del ReCrear PaíZ: sistematización de experiencias pedagógicas en memoria y paz, una apuesta conjunta de articulación entre la Universidad Pedagógica Nacional (CEPAZ), el Banco de la República (La paz se toma la palabra) y el Centro Nacional de Memoria Histórica, que gesta esfuerzos interinstitucionales para fortalecer la apropiación social de la memoria histórica a través de la formación académica.
La primera sesión presencial se realizó en la ciudad de Bogotá y marcó el cierre del Módulo 1 «La memoria histórica y las comprensiones del conflicto armado colombiano» y la apertura del Módulo 2 «Formas y maneras de sistematizar experiencias pedagógicas en memoria y paz», consolidándose como un espacio clave de tránsito pedagógico dentro del diplomado. El encuentro contó con la participación de 57 estudiantes, quienes viajaron desde distintas regiones del país como: Montería, Tuluá, Barrancabermeja, Cundinamarca, Popayán, Soacha, Cali, Saravena, San Andrés y Providencia, Cajicá y Bogotá, sumándose una participante proveniente de la ciudad de Quito, Ecuador, lo que resalta la proyección regional, nacional e internacional de este proceso formativo.
La propuesta de esta jornada estuvo enmarcada en la 13.ª Carrera de Observación Jugar – NOS - el Presente, un ejercicio pedagógico y experiencial que recorrió ocho hitos de memoria en el centro de la ciudad, donde cada lugar fue activado con dinámicas que articularon el juego, la memoria individual y colectiva, y la reflexión sobre la construcción de paz desde la memoria histórica. Entre estos lugares destacó el liderado por el equipo de Pedagogía del CNMH, que trabajó alrededor de la memoria de Nicolás Neira, resaltando la importancia del juego como dispositivo pedagógico para activar memorias, promover reflexiones críticas y abrir caminos hacia procesos de sistematización de experiencias.
El recorrido de este día les permitió a los y las participantes experimentar la ciudad como aula abierta y viva de memoria, donde el juego, la interacción simbólica y el reconocimiento de los lugares de memoria ayudaron a promover aprendizajes significativos que aportan a la formación integral de las y los diplomantes y su papel en el compromiso como multiplicadores en sus territorios.
Este diplomado, que contó con 1350 personas inscritas, se constituye como un espacio nacional de formación en memoria histórica y paz significamente incidente por su carácter interinstitucional, lo cual garantiza la sostenibilidad del proceso y abre la posibilidad de consolidar nuevas cohortes en los próximos años, fortaleciendo así la apuesta por una educación que apropie la memoria histórica y construya futuros posibles de no repetición.