El interés por el canto en Jesucita nació desde muy pequeña cuando asistía a los velorios. Se emocionaba al escuchar las voces roncas y profundas de las mujeres más viejas del pueblo que cantaban y se contoneaban alrededor del difunto. Cuando alguien muere toda la comunidad se solidariza con las personas que han perdido a un ser querido. La tradición, que se remota a la colonia, en que los esclavos cantaban festejando que aquel muerto no sería más esclavo, ha perdurado de generación en generación. En el velorio mientras unos preparan el muerto, lo bañan y le ponen sus mejores ropas, otros cocinan para los asistentes. Mientras unos alistan y decoran la tumba, otros se congregan a rezar y cantar.
Actualmente, las mujeres de Condoto reconocen el valor simbólico que tienen los alabaos en la construcción de memoria histórica. Los alabaos también contienen cantos sociales dedicados a la historia de su pueblo, a la violencia sufrida por el conflicto armado, al perdón y a la reconciliación. Los alabaos son el ejemplo de una manifestación tradicional de la cultura chocoana que resiste y que se niega a desaparecer, “ahora imagínese el aporte que nosotros traemos a la paz con nuestros cantos –afirma Jesucita con la emoción en los ojos- quién no se conmueve con un alabao, imagínese si todos los colombianos escucharan la lombriz o santa azucena. Nosotros en el Chocó somos ejemplo de solidaridad y unión”.
El Centro Nacional de Memoria Histórica realizará un evento de alabaos protagonizados por mujeres de la comunidad de Pogue, Chocó, el 9 de abril en el Museo Nacional. Próximamente más información en el sitio web.