La animación como género audiovisual y artístico se ha ganado su lugar en el mundo moderno. Desde la mirada surrealista y hasta su versión expresionista, han sido testigo del desarrollo de las grandes técnicas que este lenguaje visual utiliza. Estas manifestaciones son el terreno sobre los que Dalila Molina, una antropóloga, y Sebastián Meléndez Cortés, diseñador de multimedia, plantearon la serie web “Memorias del silencio”.
La inquietud de poder contar las historias del conflicto armado colombiano a través de lo visual, pero sin caer en el amarillismo recurrente de los medios de comunicación en la representación diaria de los victimarios, les permitió encontrar en la animación los elementos adecuados para narrar los relatos de los dolientes. “La mayoría de las víctimas no desean mostrar su rostro, pero cuando le propones que se realizará por medio de la simbología de unos personajes, ellos acceden a contar su historia” cuenta Sebastián Meléndez. Y es que la animación da la oportunidad de representar la parte psicológica de las víctimas, traer el dolor y horror de la guerra de una forma artística y sin poner en riesgo la integridad de las personas.