Noticia

Autor

Gonzalo Sánchez G. Director del Centro Nacional de Memoria Histórica

Fotografía

CNMH

Publicado

23 Sep 2015

Aportes de los sitios de memoria para la no repetición

A las 10 de la mañana del 2 de mayo de 2002, un cilindro-bomba lanzado por la antigua guerrilla de las Farc perforó el techo de la iglesia San Pablo Apóstol, en Bojayá. En el lugar se refugiaban centenares de personas. El resultado: 79 fallecidas (48 de ellos niños y niñas), alrededor de 100 lesionados, el desplazamiento de 1.744 familias y grandes fracturas sociales.

Estimados miembros de la Red Latinoamericana de Sitios de Memoria,

Estimadas representantes de la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia,

Estimados invitados nacionales e internacionales,

Apreciados colegas:

Es un motivo de celebración y una oportunidad para las iniciativas de memoria de Colombia ser el país anfitrión del IX Encuentro regional de la Red Latinoamericana de Sitios de Memoria de la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia. Un motivo de celebración pues este es el primer encuentro de la red en Colombia y una oportunidad por eso mismo para que nuestras iniciativas de memoria locales dialoguen e intercambien experiencias con las 37 iniciativas provenientes de los otros 10 países de América Latina que nos acompañan.

Por esa razón, ante todo queremos darles la bienvenida a los cincuenta representantes de los sitios de memoria y conciencia que enriquecerándurante estas jornadas nuestra capacidad de enfrentar los retos históricos que tenemos por delante, bajo la consigna del encuentro: Latinoamérica hace memoria: aportes de los sitios de memoria para la no repetición.

El principio de no repetición quizá no es otra cosa que el reconocimiento de la capacidad de intervención del pasado en el futuro, la renuencia a imaginar el futuro solo como novedad, como un por venir no marcado por el pasado.Y viceversa, pues hoy sabemos que el pasado también está determinado por el futuro.Como bien lo expresaJesús Martín Barbero, parafraseando a Benjamin: “[…] el pasado está abierto porque no todo en él se ha realizado. El pasado no está configurado solo por los hechos, es decir por “lo ya hecho”, sino por lo que queda por hacer, por virtualidades que hay que realizar [En síntesis:] Hay un futuro olvidado en el pasado que es necesario rescatar, redimir y movilizar” [Jesús Martín Barbero, “El futuro que habita la memoria”, Museo, memoria y nación, p. 53].

La Red Latinoamericana de Sitios de Memoria, como parte de Coalición Internacional de Sitios de Conciencia, vincula las luchas del pasado con los movimientos por los derechos humanos y la justicia social del presente, y con las exigencias de un futuro en el que las violaciones de los DDHH que sufrió y ha sufrido nuestra región no tengan repetición; yencarna el esfuerzo de articular iniciativas que comparten una característica común: el recurso de herramientas con vocación de permanencia que resignifiquen las luchas por la verdad y la memoria, concebidas por muchos como luchas temporales, de transición, que precisamente deberían agotarse con el cumplimiento de los presupuestos de la justicia transicional.

Por ello, la vocación de permanencia que tienen iniciativas como los museos, los centros culturales, las marcas territoriales, los archivos de derechos humanos, las instituciones sostenidas (incluyendo a las organizaciones de la sociedad civil), entre otras, exige dos tareas importantes: en primer lugar, la necesidad de que las políticas de la memoria hagan parte de las políticas de derechos humanos y, en ese sentido, que sean el fundamento de los Estados democráticos y de derecho; y, en segundo lugar, el compromiso de los sitios de memoria (y de las organizaciones o iniciativas que también hacen parte de la Red), con un trabajo constante de actualización para la afectación del presente y del futuro continuamente amenazados, que requieren de una memoria activa desde las sociedades.

El IX Encuentro regional de la Red mantiene esta línea de sentido: la Red se reúne para revisar el presente de las iniciativas, el presente de las políticas, y el presente de los problemas centrales que reclaman la movilización social desde la memoria en el horizonte de la no repetición.

El presente y futuro de las iniciativas tiene como preocupación fundamental el modo como éstas se enfrentan a las nuevas dinámicas y estructuras de poder en los diferentes países; asunto en el que resalta el tema de los archivos. Un caso especialmente inquietante ha sido el de El Salvador, en donde se ordenó en 2014 el cierre de Tutela Legal, una institución emblemática, depositaria del archivo construido por la Iglesia Católica, inaugurado por la lucha de Monseñor Arnulfo Romero, en el cual reposa documentación  custodiada por la Iglesia en consonancia con los Acuerdos de Paz y las Amnistías que sustentan hoy el orden político salvadoreño. Por otro lado, en Argentina, que se considera el caso más avanzado, no ha dejado de ser objeto de debate la intromisión del gobierno nacional en el funcionamiento de la Ex ESMA.

El presente y futuro  de las políticas tiene como uno de sus temas más importantes la imposibilidad que ha existido en muchos de los diferentes países por materializar políticas de la memoria. Aunque en Argentina hay leyes (en debate) que les dan permanencia, sostenibilidad y autonomía a las instituciones memoriales, en la mayoría de los otros países la promesa de las políticas de memoria sigue incumplida. A pesar de esto, la Red ha logrado construir instrumentos importantes, como los “Principios fundamentales para las políticas públicas sobre sitios de memoria”, de Mercosur, que constituyen hoy una base muy importante para la discusión en los diferentes países, y una herramienta de incidencia invaluable. Se podría decir, desafortunadamente, que la experiencia avanzada de reflexiones al respecto en Barcelona, a partir del Memorial Democratic, demuestra la dificultad para avanzar en este tema, también por la relación de los sitios con las estructuras de poder, que en el caso catalán implicó el abandono de las políticas de memoria. El caso peruano también nos plantea muchos interrogantes, tras la renuncia de la directora del Museo de ese país, en cuanto a la complejidad de las relaciones de los sitios con el poder.

El presente y futuro de los problemas que convocan a la movilización de la sociedad desde la memoria sigue teniendo como objetivos los procesos no saldados de verdad, justicia y reparación; son de especial importancia la deuda en la búsqueda e identificación de las víctimas de desaparición forzada, así como la necesidad de juzgar a los responsables de crímenes de lesa humanidad que gozan de impunidad, como en el caso guatemalteco. Ahora bien, la agenda de las nuevas dinámicas políticas en América Latina también es objeto de debate. Los sitios de memoria se enfrentan a la urgencia de incidir en problemas presentes, como la movilización estudiantil en Chile, la minería en los países de Centro América, Perú y Colombia, los fondos buitres en Argentina, o el debate sobre la necesidad de la recuperación de la legitimidad de las luchas democráticas en Brasil.

Entre los problemas presentes, un tema importante es, por supuesto, el proceso de paz en Colombia, sus implicaciones en la región y lo que significa como prueba para la experiencia latinoamericana en todas las materias que nos ocuparán en este encuentro. La lógica desde los diferentes países es la del respeto por una realidad que se considera distinta. Sin embargo, que en Colombia se esté hablando de modelo de justicia, comisión de la verdad, desmantelamiento de  estructuras criminales etc., plantea inquietudes sobre cómo enriquecerse de la experiencia latinoamericana para lograr lo que nos preocupa a todos los integrantes de la Red, y que es la razón de ser de su existencia: ¿cómo asegurar y mantener la consigna del Nunca Más (la no repetición), con el presente que tenemos?  

Permítanme concluir con las palabras de Patrick Modiano, el reciente premio Nobel de literatura, en su obra Dora Bruder, la joven desaparecida y deportada en el contexto de las políticas de exterminio y los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial: “Lleva tiempo conseguir que salga a la luz lo que ha sido borrado. Quedan pistas en los registros pero se ignora dónde están escondidos y qué guardianes los vigilan y si querrán enseñárnoslos” [Patrick Modiano,  Dora Bruder, p. 19]. Es una lucha prolongada, nos dice Modiano, contra los “centinelas del olvido” [p. 21]. Una lucha que tiene tiempos y ritmos muy distintos a lo largo de la geografía latinoamericana. Y es precisamente ese desarrollo desigual el que le da rumbo y valor de aprendizaje a esta conversación que emprendemos hoy.

Gracias por honrarnos con su presencia y sus estimulantes reflexiones en un horizonte para nosotros cargado de desafíos y de tareas de memoria.

 
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