Bogotá, D. C., 30 de abril de 2025. La resistencia de Bojayá ante el daño provocado por el conflicto armado no puede quedar en el olvido. El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) acompaña a la comunidad en la conmemoración del aniversario 23 de la masacre perpetrada en la iglesia de Bellavista. Este hecho representa un hito en la larga cadena de violencia que ha vivido nuestro país y también en la degradación del conflicto armado interno que aún afecta a las comunidades afrodescendientes e indígenas del medio Atrato y del departamento del Chocó.
El 2 de mayo de 2002, más de 100 personas murieron por la explosión de un cilindro bomba que dispararon guerrilleros de las FARC-EP contra la iglesia de San Pablo Apóstol. Ese día, en el templo se refugiaba una multitud de personas debido a los combates entre el Frente José María Córdova de la guerrilla y el Bloque Élmer Cárdenas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Por su impacto en la población, la masacre fue la más trascendente entre las acciones violentas que se prolongaron durante 18 días de enfrentamientos que mantuvieron en riesgo a los pobladores de Bojayá (Chocó) y Vigía del Fuerte (Antioquia). Entre el 20 de abril y el 7 de mayo, los sobrevivientes vieron el paso de canoas cargadas de cuerpos por el río Atrato. Junto al Cristo Mutilado, símbolo y memoria de la masacre, la comunidad de Bojayá conserva un telón con los 119 nombres inscritos de los muertos, entre ellos los de 48 niñas y niños.
Los actos de conmemoración inician este 30 de abril en el corregimiento de Pogue, con un velorio simbólico en honor a las víctimas de la masacre. El 1 de mayo, en Bellavista, se realizará el foro «Bojayá, memoria viva: hacia la paz de Colombia». En este espacio, el CNMH, a través de la Dirección del Museo de Memoria de Colombia, participará, junto al Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá, el Museo Nacional, los ministerios de Educación y de las TIC, el SENA y RTVC, en la presentación de avances y la proyección del guion del lugar de memoria «Bojayá, museo virtual». En la noche se realizará un encuentro cultural por la memoria, en el Parque de las Víctimas.
El 2 de mayo se realizará la procesión con el Cristo Mutilado. El recorrido incluye una oración en el mausoleo de las víctimas de la masacre, un acto de sanación cultural del río Atrato y una eucaristía en el antiguo Bellavista. Durante la conmemoración, la comunidad presentará el libro Rituales fúnebres de Bojayá, que recoge sus saberes ancestrales para la despedida espiritual de sus difuntos. En la noche, se lanzarán globos luminosos en recuerdo de cada una de las víctimas de la masacre de Bojayá.
El de la mala muerte, por haber truncado las vidas de aquellas personas sin haber cumplido el ciclo que es natural y por la imposibilidad de una despedida acorde a sus tradiciones, es un daño que el pueblo se empeñó en reparar. Tras 17 años de la masacre, en 2019, se realizó la ceremonia «Bojayá honra a los sagrados espíritus», para dar el último adiós a sus seres queridos, en la cual, después de un doloroso proceso de identificación forense, se entregaron 101 cofres para su velación y disposición en un mausoleo. El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) acompañó en aquella ocasión la elaboración de 40 álbumes familiares para mantener los recuerdos de los parientes que arrebató la violencia en las generaciones recientes.
Por otra parte, como resultado de la escucha de los testimonios de los habitantes de Bojayá y del compromiso del CNMH con la construcción de sus memorias, han surgido publicaciones como la investigación y el documental La guerra sin límites (2010), referente de los daños que el conflicto ha provocado a las comunidades afro e indígenas del medio Atrato.
De igual manera, gracias al fortalecimiento del grupo de cantadoras del Consejo Comunitario de Pogue, se produjo la cartilla Pogue: un pueblo, una familia, un río y el documental Las musas de Pogue, en el marco de alianzas con la Corporación Pasolini de Medellín, la Universidad de Columbia y la Organización Internacional para las Migraciones.
Adicionalmente, en 2019, se rindió homenaje a los niños y niñas fallecidos en la masacre a través de un mural que aún se conserva en el Parque de la Memoria, en el nuevo Bellavista, y se volvió a elaborar otro mural de memoria, que había sido originalmente realizado en 2004, en la escuela de la antigua cabecera municipal. Este proceso de creación artística, junto a niños y niñas, gestores locales y organizaciones comunitarias de Bellavista y del corregimiento de Pogue, se plasmó en el documental Renacientes (2020).
Por último, el micrositio Bojayá: espíritu, memoria y dignidad (2024) reúne historias de liderazgo de las y los bojayaseños, así como varios de los trabajos que cuentan la memoria y el reclamo de este pueblo por vivir en paz.