Cinco reflexiones sobre la estrategia de territorialización del Centro Nacional de Memoria Histórica

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Publicado

13 abril 2023

Cinco reflexiones sobre la estrategia de territorialización del Centro Nacional de Memoria Histórica

La descentralización y territorialización de los procesos del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) fueron las principales demandas de las víctimas, ciudadanos, líderesas y organizaciones sociales que participaron en las juntanzas realizadas durante la Semana por la Memoria, en diciembre de 2022. Los y las participantes de esas juntanzas pusieron sobre la mesa la necesidad de que la entidad cambie sus formas de relacionamiento con las regiones e implemente un despliegue territorial que permita que las memorias plurales de la guerra sean construidas, enunciadas, narradas y visibilizadas desde y para todos los territorios del país.

Durante un conversatorio realizado en el Exploratorio Nacional —uno de los nueve lugares de Colombia donde se desarrollaron acciones para conmemorar el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas—, se plantearon varias reflexiones acerca de la estrategia de territorialización que el CNMH está diseñando en concordancia con las ideas y las exigencias que la sociedad civil ha trazado.  

 

1. El centro: un lugar de confluencias que se piensa y se construye en los territorios

Esta apuesta de territorialización corresponde, según Jesús Flórez, asesor externo del CNMH, a un propósito central: el de hacer que las memorias (diversas por las geografías y los ecosistemas donde emergen, las formas en las que se buscan y se hacen, y las comunidades y personas que las enuncian) se construyan en los territorios. «Entendemos el centro no como un lugar geográfico, sino como un espacio de encuentros, diálogos y confluencias, pensado y construido por muchos y muchas», dice Flórez. 

No se trata, pues, de una descentralización clásica en la que una entidad traslada a sus funcionarios desde la capital hacia las regiones para desarrollar ciertas tareas. De lo que se trata, explica Flórez, es que los territorios sean escenarios de diálogo y que las comunidades sean agentes activos y protagónicos de sus propias iniciativas de memoria.

En la misma dirección, Alberto Santos, investigador del CNMH, añade que, si bien esta entidad ha construido importantes ejercicios de memoria con los territorios, «estos se han mantenido en una lógica de construir desde el CNMH una serie de acuerdos sobre lo que ha sido nuestro pasado», a lo que agrega, «la memoria no es propiedad de una institución, sino de las comunidades y los pueblos. La apuesta será poner al servicio de las personas las herramientas y metodologías para que ellas construyan sus narrativas y sean autoras de sus propios ejercicios y narrativas de memoria», dice Santos.

2.	Hacer memoria del olvido es permitir que emerjan las memorias que permanecen guardadas en los corazones de la gente

2. Hacer memoria del olvido es permitir que emerjan las memorias que permanecen guardadas en los corazones de la gente

Hacer memoria del olvido implica, primero, identificar cuáles son los olvidos y por qué se han dado. «Hay olvidos conscientes e inconscientes. A veces, corresponden a la necesidad de olvidar lo ocurrido para continuar con la vida; otras veces tienen que ver con la imposición de unas narrativas sobre otras», dice Flórez.

La estrategia de territorialización del CNMH quiere reivindicar, de acuerdo con el asesor, aquellas voces alternas de la guerra y la resistencia que, aunque fueron acalladas, no dejaron de existir. Territorializar la memoria implica, en este sentido, desentrañar las vivencias y narrativas que se han intentado borrar; ir a las raíces de las memorias, es decir, a esas memorias que, en palabras de Flórez, «están alojadas en los corazones de las personas, pero no han sido visibles».

 

3. Una experiencia piloto en Antioquia

El CNMH pondrá en marcha una experiencia piloto de su estrategia de territorialización en Antioquia, donde se han gestado importantes experiencias de articulación entre la institucionalidad estatal para la paz y diferentes iniciativas sociales y comunitarias por la reconciliación y la memoria.

Amaury Núñez, director técnico de la Secretaría de No-Violencia de Medellín, cuenta que, tanto para la implementación de los acuerdos de paz como para el desarrollo de procesos de memoria histórica en esa ciudad, ha sido clave reconocer las trayectorias y saberes acumulados de la sociedad civil y sus organizaciones en relación con la mediación de conflictos y la construcción de estrategias de de paz territorial y memoria histórica.

«Es necesario articular la infraestructura institucional para la paz con la infraestructura social para la paz que las comunidades han ingeniado y construido en sus barrios, comunas, territorios, etc.», dice Núñez. Esto, según él, implica fortalecer, acompañar y potenciar técnicamente las iniciativas de memoria histórica de la sociedad civil, que es justamente a lo que le apuesta la estrategia de territorialización del CNMH

 

4. Se hace memoria cuando se denuncia y registra el presente: la experiencia del Pacífico

Las experiencias sociales por la memoria del Pacífico también son referente para la estrategia de territorialización del CNMH. Jesús Flórez cuenta que comunidades de esta región han hecho memoria de la guerra a través de la denuncia permanente de las violaciones a sus derechos.

«No solo se hace memoria al recordar el pasado, sino también al pronunciar una palabra en y sobre el presente, y eso lo saben en el Pacífico colombiano, donde las comunidades registran constantemente su realidad», dice Flórez.

En ese ejercicio de registro y denuncia, han surgido lugares como la Casa de Memoria de Tumaco o la Capilla de la Memoria de Buenaventura, que son posibles gracias a la articulación de organizaciones étnicoterritoriales que se encuentran en procesos de movilización y resistencia a una guerra que se vive en presente continuo.

Experiencias como estas o como la de la Comisión Interétnica de la Verdad del Conflicto Armado son las que, de acuerdo con Flórez, el CNMH debería contribuir a fortalecer y potenciar. 

 

5. El lugar de las memorias en la paz total

La memoria histórica del conflicto armado —dice Amaury Núñez— «debería servir para estimular políticas estatales y prácticas institucionales que promuevan reparaciones y reconciliaciones genuinas, no forzadas». Así, una estrategia de territorialización como la del CNMH resulta clave no solo para potenciar las iniciativas y los ejercicios de memoria de la sociedad civil en las regiones, sino también en la implementación de la política de la paz total.

«Las memorias del conflicto tienen sentido si su horizonte es el de la no repetición», dice Alberto Santos. Haciendo memoria del pasado, pero también del presente, las comunidades ponen en evidencia las causas y los orígenes del conflicto, y los factores que permiten la continuidad de las violencias en sus territorios. Por eso, escuchar esas memorias y darles un lugar central en la búsqueda de la paz total es clave, según Santos, para pensar y garantizar un escenario de no repetición.

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