La comunidad de Norosí, Bolívar, presentó oficialmente el mural comunitario de la Iniciativa de Memoria Histórica (IMH 0710), un proceso inscrito en el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) en 2024 y priorizado en 2025. Esta obra colectiva surgió como una apuesta del Comité de Impulso del Sujeto de Reparación Colectiva, que desde 2016 ha trabajado por fortalecer la reconstrucción de las memorias, visibilizar los impactos del conflicto armado y afianzar acciones de dignificación en el territorio.
El mural, construido a través de metodologías participativas de escucha, diálogo y expresión artística, recoge cuatro momentos esenciales de la historia de Norosí: la vida antes del conflicto, la irrupción de la violencia, el reconocimiento institucional como Sujeto de Reparación Colectiva y la resiliencia que caracteriza a la comunidad en su proceso de reconstrucción. Durante varias jornadas, alrededor de 25 integrantes del Comité de Impulso —entre ellos mujeres, jóvenes, adultos mayores y liderazgos comunitarios de la cabecera municipal y los corregimientos— aportaron sus relatos, memorias y símbolos para la creación de esta pieza.
El acompañamiento metodológico incluyó entrevistas abiertas, grupos focales, cartografía social, líneas de tiempo y ejercicios expresivos como el dibujo libre, generando espacios seguros para la recolección de testimonios y la resignificación de experiencias dolorosas. Cada elemento visual del mural fue validado por la comunidad, garantizando que la obra reflejara fielmente sus afectaciones, resistencias y horizontes de dignificación, al tiempo que fortalecía la apropiación territorial y la cohesión social.
La entrega oficial del mural se realizó en una jornada participativa que contó con una reflexión espiritual liderada por integrantes de la comunidad, la socialización del mural como eje central del encuentro y estuvo acompañado de actos culturales que incluyeron danza, coplas, versos, poemas y remembranzas, resaltando la riqueza cultural de Norosí y el valor de la memoria como forma de sanación colectiva.
Con la culminación de esta iniciativa, la comunidad de Norosí reafirma su compromiso con la construcción de paz, la dignidad de las víctimas y la promoción del diálogo intergeneracional. El mural se consolida como un legado artístico y pedagógico orientado a la no repetición, un símbolo de resistencia y un recordatorio de la fuerza comunitaria que impulsa la transformación del dolor en memoria viva.