Con la Escuela de las Memorias se inició la juntanza de las resistencias ante el conflicto en Risaralda
Siete organizaciones con acciones de resistencia territorial ante las afectaciones del conflicto armado participaron del primer encuentro de la Escuela de las Memorias en Risaralda, realizado por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).
Es una invitación para juntarse y ser aguacero, experiencia, palabra y fuego encendido que resiste. Pereira fue el lugar elegido para iniciar un intercambio alrededor de las memorias del conflicto armado construidas en Risaralda. Siete organizaciones locales con acciones de resistencia desde su trabajo cotidiano compartieron por primera vez sus experiencias para contar las afectaciones de la guerra y las formas que encontraron para transformar sus dolores en apuestas de resignificación de la memoria histórica.
A lo largo de dos días de encuentro, líderes y lideresas de las organizaciones participantes de la Escuela de las Memorias en Risaralda avanzaron en el reconocimiento de las experiencias con las que han aportado a la construcción de la memoria del conflicto armado en su departamento. Sus acciones desde el arte, a través del teatro, la danza, el grafiti, la música, el dibujo y la creación audiovisual, han servido para la creación de herramientas pedagógicas que tejen memorias individuales y colectivas de un conflicto extendido por toda Colombia y que también ha dejado sus marcas en el Eje Cafetero.
En el teatro, la danza, el grafiti, la música, el dibujo y la creación audiovisual están los lenguajes expresivos de las organizaciones que conforman la Escuela de las Memorias en Risaralda.
«Nos resistimos a desaparecer como cultura. Todas juntas somos el aguacero. Todos hacemos arte y en nuestro centro está la paz y la reconciliación», señaló durante este encuentro Katery Albornoz, de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes Guadalupe Zapata, colectivo que trabaja en la defensa de los derechos humanos de las mujeres, niñas y población afro en Colombia; una de las organizaciones participantes en la fase inicial de la Escuela de las Memorias - Risaralda.
La Escuela de las Memorias es el espacio de escucha, reconocimiento, fortalecimiento e intercambio de saberes en los procesos de construcción de memoria y verdad de las comunidades. Esta estrategia transversal del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) busca reconocer la diversidad de saberes que promueven la reconstrucción de memoria histórica y el esclarecimiento de la verdad del conflicto armado interno en el país.
«Somos una tropa, como las que hacen la guerra, pero no tenemos armas, nuestra arma es el arte. Estamos para ser Quijotes contra gigantes», expresó Héctor Montoya, miembro de la Asociación Cultural Tropa Teatro, grupo con 21 años de trayectoria que trata en sus obras temas como la violencia en la ruralidad y la inclusión de diferentes grupos poblacionales luchando por sus derechos. «Queremos ser la voz de los que no tienen voz. Que puedan juntarse y tener confianza y empatía; además empoderamiento, visibilidad, resiliencia y sororidad», dijo, por su parte, Alessandra Monsalve, de la Fundación Arcobaleno, colectivo que trabaja para sensibilizar a la sociedad sobre las cuestiones que afectan a la población LGBTIQ+.
También aceptaron la invitación para tejer esta red alrededor de las memorias el Colectivo Barrial Periferia, organización comunitaria y popular que lucha por los derechos de las y los jóvenes y las comunidades; la Corporación Los Otros Hijos de la Olla, que trabaja para transformar vidas a partir de la reflexión y construir paz desde sus experiencias; la Fundación Enfances 2/32 Francia Colombia, dedicada desde hace 24 años a la formación y asesoría en derechos, y la Generación V+ Risaralda, colectivo juvenil que busca construir el legado de la Comisión de la Verdad.
«Nos traen acá las ganas de trabajar por la paz, de trabajar con la gente. El conflicto no solo ha sido armado, sino también social, ambiental y económico», señaló Duberney Bermúdez, del Colectivo Barrial Periferia.
El CNMH, a través de su estrategia Escuela de las Memorias, es mediador en esta apuesta para el fortalecimiento del tejido de las memorias diversas en el territorio. «Todos somos fuego. Y si nos dispersamos es más difícil mantener ese fuego encendido. Es mejor juntar los tizones que encender velas separadas», expresó Sandra Gutiérrez, contratista de la Estrategia de Comunicaciones del CNMH, comprometida en el desarrollo de los procesos de la Escuela de las Memorias en el país.
🤓Iniciamos un camino colectivo en el primer encuentro presencial de la Escuela de las Memorias Risaralda. Integrantes de siete organizaciones, con acciones de resistencia territorial, participan de esta apuesta del #CNMH para el fortalecimiento del tejido territorial de memoria. pic.twitter.com/8AeeYZjxwQ
— Centro Nacional de Memoria Histórica (@CentroMemoriaH) October 6, 2024