Jeyson Toro Vera perdió la vista mientras era soldado profesional; su papá, José Jesús, narra para él todas las imágenes de la vida. Luis Fernando Henao conserva en fotos la imagen de su padre, Luis Eduardo, desaparecido. Juan Gabriel Gamba, Daniel Alexander Reyes, Diego Ignacio Gómez, Francisco Pedraza Osorio y Raúl Estupiñán Pinto encontraron nuevas vidas en el deporte y en el arte después de sobrevivir a las minas antipersonal. Antonio Erira Linares y Wilson Hernán Benavides sufrieron la tortura del secuestro. Uriel Alvarado Bueno perdió a su padre, Hernando, asesinado; su familia fue desplazada. Andrea Trujillo se quedó sin su papá, el coronel Óscar Jimmy Trujillo, asesinado. Sus historias de dolor y resiliencia componen el documental «Contar para reparar», que lanzaron el Ejército Nacional y el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).
“Este audiovisual da cuenta del dolor vivido por la violencia que trae consigo hechos como la desaparición forzada, el secuestro o la utilización de minas antipersonal en medio de los enfrentamientos o como estrategia para derrotar o debilitar al adversario”, señaló la directora general (e) del CNMH, Ana María Trujillo, durante el lanzamiento en el Teatro Patria, en Bogotá. “Para entender las verdaderas dimensiones del conflicto armado, este documental propone escuchar sin recelo y con humanismo todas las voces que se han visto afectadas por este conflicto, el más largo de América Latina”, agregó.
“A través de estas historias de vida realizamos un proceso colectivo de visibilización, dignificación y exaltación, para que la sociedad conozca desde su propia voz a las víctimas que sufrieron graves violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario, ocurridas en el marco del conflicto armado colombiano”, dijo el Brigadier General Giovani Valencia Hurtado, director de la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova.
Reconocer la humanidad detrás del uniforme
El documental «Contar para reparar» es un reconocimiento a la humanidad detrás del uniforme militar y un producto de memoria, narrado por las voces de sus propios protagonistas. El director técnico para la Construcción de la Memoria Histórica del CNMH, Carlos Mario López, recogió de este videoarte el mensaje y el reto para nuestra sociedad de hacer visibles a las víctimas del conflicto que han pertenecido a la fuerza pública. “Todos, finalmente, son víctimas del conflicto armado. Todos estamos apostándole a esa construcción de paz y de la memoria histórica, y de esa paz total que el actual gobierno está pregonando”, aseguró.
Voces que cuentan para reparar
Las historias que hacen parte de «Contar para reparar» reflejan las marcas de la guerra, pero también son una oportunidad para construir, por medio de sus relatos, la humanización del conflicto y para que sus víctimas salgan del anonimato. Es un videoarte que cuenta las historias de los seres humanos desde su resignificación.
“Venir a dar nuestros testimonios justamente es la forma como humanizamos el conflicto y como nos damos cuenta y empezamos a entender que las víctimas, independientemente de dónde vengan, son seres humanos, tienen familias, son personas, tienen hijos, mamá, papá, hermanos que han tenido que pasar por esto”, aseguró Andrea Trujillo, hija del coronel Óscar Jimmy Trujillo, asesinado en Rivera, Huila, en julio de 2000, en medio un ‘plan pistola’ ejecutado por las FARC. “Muchas veces a uno le dicen: “Es que su papá murió por el hecho de ser militar; entró al Ejército para eso”. Y eso es muy duro, porque más allá de ser militar, de ser soldado, es persona”, agregó.
Francisco Pedraza Osorio, sargento primero del Ejército, hoy retirado, cayó en la trampa de una mina antipersonal mientras intentaba rescatar a dos campesinos secuestrados. A pesar de haber perdido sus piernas conserva el orgullo de haber cumplido una misión de servicio portando su uniforme. “Siempre voy a llevar a mi mente lo contrario a lo que dicen, que mi misión era portar un arma o asesinar porque me gustaba. Siempre voy a recordar más de un plato de comida en una marmita o en esas ollas que nosotros cargamos, dándoselo a los campesinos y comiendo al lado de ellos en los lugares más recónditos, ayudando a una señora a que tenga su hijo, ayudando a un campesino a sanarlo y a curarlo por una enfermedad o porque lo ha mordido una serpiente. Eso es lo que siempre me voy a llevar”, aseguró.
Wilson Hernán Benavides pasó más de mil días secuestrado por la guerrilla de las FARC, luego de la toma al municipio de Miraflores, en Guaviare. “Nadie comprende el sacrificio del soldado que está afuera, en el área, mientras la familia lo espera. Eso lo contamos nosotros, que lo hemos vivido. El soldado está para defender a la patria, eso fue lo que me enseñaron. Me siento muy orgulloso por haberlo hecho y me siento orgulloso por los que lo están haciendo, que son verdaderos héroes”, dijo.
Jeyson, José Jesús, Luis Fernando, Juan Gabriel, Daniel, Antonio, Diego, Wilson, Uriel, Francisco, Andrea, Raúl. Sus voces son muestra del valor de las víctimas del conflicto armado para seguir adelante después de la adversidad. Sus relatos son un clamor plural por la no repetición de la violencia en nuestro país.