El anhelo de la paz sigue vigente: 32 años después de la desmovilización del EPL

Autor

CNMH

Foto

CNMH

Publicado

4 marzo 2023

El anhelo de la paz sigue vigente: 32 años después de la desmovilización del EPL

 En tiempos de la Paz Total como política de Estado, el compromiso de los antiguos militantes de esta guerrilla sigue siendo la justicia social. Ellos reiteraron la relevancia de que la paz sea el derrotero de los nuevos tiempos de Colombia.

“La paz tiene todo a lo que un revolucionario puede aspirar”. El exsenador Luis Carlos Avellaneda saludó así a sus compañeros de luchas y resistencias que lo rodeaban esa tarde del 1 de marzo, en el centro de Bogotá, en la sede de la Fundación Cultura Democrática. Continuó: “no se puede conseguir paz sin democracia, sin Estado social de derecho, sin libertades individuales. La paz siempre es esquiva”.

Fue un 1 de marzo, 32 años atrás, que la paz resonó más que nunca. Ese viernes de 1991, el Ejército Popular de Liberación -EPL- dejó sus armas y le apostó a la paz.

Ese ha sido el objetivo de organizaciones como el EPL, como recuerda Hernando Herrera, quien hizo parte del proceso de dejación de armas de esta guerrilla en el Eje Cafetero. “Al interior de las organizaciones siempre se planteó la lucha por la paz y siempre, a pesar de nuestro accionar político militar, las organizaciones teníamos como finalidad llegar a un proceso de paz”.

 Precisamente sobre la importancia de los acuerdos y la construcción de paz giró la conmemoración de los 32 años de la desmovilización del EPL, la guerrilla más grande que dejó las armas antes de las FARC. Los invitados y las invitadas, entre los que estuvo la senadora Clara López, reiteraron la relevancia de que la paz sea el derrotero de los nuevos tiempos de Colombia y todo lo que esta significa: educación, acceso a la salud para todos y todas, justicia social.

Porque, aunque las armas quedaron a un lado, los compañeros y compañeras “nunca nos hemos desmovilizado”, como apunta Herrera. “Yo siempre digo que hemos estado movilizados en el trabajo social, comunitario. Nuestra dirigencia siempre ha estado en las dinámicas campesinas, reivindicación de la actividad agropecuaria, actividad estudiantil, juvenil. Esa dinámica nos ha permitido estar activos en las organizaciones políticas”.

 

 

En el encuentro conmemorativo se recordó cómo Óscar William Calvo, del EPL, fue quien planteó la Asamblea Nacional Constituyente. “Ese es un elemento de coyuntura política que define cuál va a ser el proyecto político para el cambio en nuestra sociedad”, precisa Herrera. La Asamblea, agrega, se enmarca en esa dinámica y el hecho de la dejación de armas tenía ese propósito.

Pese a los difíciles momentos que vivieron los partidos alternativos y de izquierdas -entre la década del 80 y comienzos de los 90-, como el asesinato de Carlos Pizarro, Bernardo Jaramillo Ossa y Jaime Pardo Leal, entre otros, estos se mantuvieron firmes en su intento por la paz. “En ese momento tan complicado, [Antonio] Navarro toma la decisión de decir: ‘no vamos a devolvernos a la lucha armada’, y se asume la dinámica del proyecto político, con todos sus inconvenientes, porque era un salto al vacío”. Herrera cuenta que venían de recordar la historia de Guadalupe Salcedo y lo que había pasado con otros movimientos. “Era enfrentarnos a un mundo desconocido”, rememora, quien, sentado en una sala con sus compañeros y compañeras, algunos conectados remotamente vía streaming desde Tolima, Atlántico, Risaralda, Urabá, Ecuador, Venezuela y otra decena de regiones y departamentos colombianos, reconoce que todo valió la pena.

EPL acuerdos paz - A Correa

El cierre de la guerra

Los 32 años de la dejación de armas del EPL se conmemoran en un momento crucial para Colombia. Este acto de desmovilización y de aporte a la paz se recuerda en medio de los diálogos que adelanta el Gobierno con el ELN en el exterior, en un esfuerzo máximo por alcanzar la Paz Total, que ya es una política de Estado.

El compromiso de dejar la lucha armada del EPL “hoy reviste un sentido muy especial”, como lo afirma Álvaro Villarraga, uno de los líderes de esa organización y actual director para la Construcción de la Memoria Histórica del Centro Nacional de Memoria Histórica. Villarraga señala varios factores que le dan un relieve único a las tres décadas de dejación de armas de esta guerrilla: “primero, porque estamos en un período donde efectivamente hay todas las oportunidades para que se cierre definitivamente la guerra. Queda el último acuerdo de paz con el ELN, otros grupos residuales y diversos, y estaríamos ya en un cuatrienio donde todos los aportes de los anteriores procesos se condensan en la actual coyuntura”.

En segundo lugar, el director resalta que el EPL, el M-19, las FARC y amplios movimientos ciudadanos y sociales exigen hoy la paz, y esto es una “posibilidad no solo de ganar espacios para la paz, sino de tener un Gobierno y un programa con centralidad en la paz”. El tercer factor enfatiza la importancia de que el país conozca y constate que van tres décadas de construcción de paz en muchos territorios, “de cara a muchos movimientos sociales, muchos ejercicios de derechos humanos, de justicia transicional y de memoria histórica. Hay muchas vertientes en todo esto, y el aporte del EPL concurre y suma en ese legado que debe reconocer el país con actualidad”, dice Álvaro Villarraga.

Volver arriba