Entre 1999 y 2006 las estructuras asociadas al Bloque Central Bolívar (BCB) se multiplicaron en distintas regiones de Colombia, e impusieron una violencia degradada que combinaba el discurso contrainsurgente y las lógicas mafiosas de los carteles. El avance armado le permitió garantizar el control de las distintas rutas del narcotráfico y contener procesos sociales y políticos alternativos considerados por fuera del orden paramilitar.
En la expansión, la estructura llegó a tener presencia en 15 departamentos y en más de 200 municipios. Este proceso tuvo como epicentro el bajo Cauca, desde donde Macaco direccionó la incursión hacia regiones de Antioquia y el Eje Cafetero; la sucesión de grupos ACCU en Putumayo y Caquetá; y la penetración de ejércitos exógenos a Nariño, Meta y Vichada. Su anunciado despliegue violento dejó un número enorme de víctimas ante el silencio y la inacción de gran parte de la institucionalidad.
El Centro Nacional de Memoria Histórica, por medio de su Dirección de Acuerdos de la Verdad, presenta la segunda fase de la colección de informes sobre el Bloque Central Bolívar, denominada El Bloque Central Bolívar y la expansión de la violencia paramilitar. Se trata de tres tomos que complementan los informes Arrasamiento y control paramilitar en el sur de Bolívar y Santander y que dan cuenta de la expansión de la estructura en Antioquia, Caldas, Risaralda, Nariño, Putumayo, Caquetá, Meta y Vichada. Así, en el tomo I se aborda la trayectoria orgánica de las estructuras BCB Zona Antioquia y Frentes Guática y Pipintá. En el tomo II, los Bloques Libertadores del Sur y Sur Putumayo y el Frente Sur Andaquíes, mientras que en el tomo III se desarrolla el análisis de su actuación en cuanto a repertorios de violencia, relaciones con fuerza pública, proyecto político, financiación y relaciones económicas, y daños e impactos en las comunidades.