El 23 de enero de 1903 nació Jorge Eliécer Gaitán, jurista, escritor y político que marcó no sólo su tiempo, sino a varias generaciones de colombianos y latinoamericanos. En el 120 aniversario de su nacimiento, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) considera que fechas como esta deben servir al país para pensar y pensarse. “En nuestro país tenemos un calendario doloroso de efemérides violentas, es hora de recuperar las que hablan de vida. Por eso, esta es una oportunidad para mirar atrás y no sólo ver la devastación de la violencia, sino las propuestas de país alternativas que propusieron personas como Jorge Eliécer Gaitán”, anima María Gaitán Valencia, directora del CNMH y nieta del carismático líder popular.
“Solemos hacer énfasis en el asesinato de Gaitán y en la persecución feroz y violenta del gaitanismo, pero el natalicio debería abrirnos los ojos a todos aquellos y aquellas que han soñado y propuesto una Colombia diferente, inclusiva y diversa”, concluye. “Lo que no queremos es que se manipule su figura ni su nombre, ni su legado. Y eso es lo que se está haciendo al reproducir sin pudor el nombre manipulado del que se ha dotado de forma espuria un grupo criminal como es el Clan del Golfo. El gaitanismo es antagónico a lo que ese grupo hace, el nombre de Gaitán no puede ser mancillado de esa forma”
Jorge Eliécer Gaitán fue un importante académico, alcalde de Bogotá, ministro, líder popular en todo el país, y jefe único del liberalismo en el momento de su asesinato, el 9n de abril de 1948.
Gaitán propugnaba una “democracia participativa” para evitar que las oligarquías siguieran dominando el país a su antojo, planteaba la necesidad de una “democracia económica” para lograr una justicia social incluyente, llamaba a la movilización y la corresponsabilidad de las y los ciudadanos en los cambios necesarios, propugnaba el voto obligatorio para que este no dependiera de caciques locales y recuperaba la idea bolivariana del “cuarto poder” -el Poder Moral-, entre otras ideas.
El magnicidio de 1948 puso fin a su vida, pero no a sus ideas, que han influido a partidos y movimientos a lo largo y ancho de América Latina.
“Como en el caso de Gaitán, las élites políticas, económicas y culturales del país han intentado enterrar su legado -lo que llamamos el memoricido-, pero la idea justa de Colombia por la que murió Jorge Eliécer sigue siendo vigente”, explica María Gaitán, quien, desde el CNMH; anima a recuperar esta y otras “memorias dignas y retadoras” en este momento de cambio profundo de Colombia, “cuando tan necesario es recuperar los proyectos de construcción de un país en paz, justo e incluyente”.