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23 Ago 2018

El CNMH se suma al duelo nacional por asesinato del líder Jefferson Arévalo

 

Este jueves fue encontrado el cuerpo sin vida del dirigente de la Unión Patriótica en el Meta, dos días después de ser raptado por hombres armados. Además, rechazamos el ataque a su esposa y lideresa Gladys Tirado, quien se encuentra en estado crítico.


El Centro Nacional de Memoria Histórica lamenta profundamente el asesinato del líder de la Unión Patriótica en el Meta Jefferson Arévalo Robayo, y el ataque en este mismo hecho a su esposa y lideresa Gladys Tirado. Arévalo fue encontrado por campesinos zona rural del municipio de Puerto Rico, Meta, dos días después de ser raptado por hombres armados que irrumpieron en su finca, en la vereda El Danubio.

El CNMH se conduele con las familias de Jefferson y Gladys, y ofrece su respaldo incondicional a la Corporación Reiniciar, de la que él hacía parte. Rechazamos el ataque a personas como Jefferson y Gradys, cuyo trabajo es indispensables para ofrecer un mejor vivir a sus comunidades.

La Corporación Reiniciar capítulo Meta, pide que las autoridades correspondientes “investiguen rápido para establecer los responsables del hecho”, y denuncian que su trabajo de búsqueda fue insuficiente, pues el cuerpo fue hallado por campesinos de la región.

Gladys Tirado fue gravemente herida en el mismo hecho y sigue en estado crítico. “Esas agresiones contra las mujeres tienen un impacto diferente… (Buscan) acallar sus voces de una manera brutal”. Y aseguraron que ellos y los familiares de Jefferson y Gladys “continuamos al frente para demostrar que tenemos mucha resiliencia”.

Jefferson Andrés Arévalo Robayo era hijo de Luz Marina Robayo, lideresa de la Unión Patriótica asesinada en el Castillo (Meta) en 2003. El martes, quince años después, hacia las 10:00 am, Jefferson fue raptado por hombres armados. Mientras su esposa, Gladys Tirado, fue atacada con arma blanca.

Jefferson hacía parte de la Corporación Reiniciar capítulo Meta, con quién el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) ha venido trabajando para el cumplimiento de una sentencia del Consejo de Estado en el caso de Josué Giraldo, líder de la UP asesinado en 1996.

Reiteramos nuestro compromiso con la construcción de una memoria que dignifique el buen nombre de todos los líderes sociales que han sido víctimas del conflicto armado y abogamos por una amplia movilización institucional y social en torno a la defensa de la vida, las libertades y el pluralismo político.