Desde distintos lugares del país, las víctimas del conflicto armado han trabajado en diversas iniciativas encaminadas hacia la construcción de paz y de memoria. Durante abril, nueve de esos procesos se reunieron para trabajar alrededor del concepto de «memorias del olvido».
Con ocasión del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, se llevó a cabo una serie de eventos apoyados por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). La entidad conmemoró esta fecha desde la capital con la exposición «Nueve más que nueve» y, como una ola expansiva, se realizaron actividades simultáneas en nueve lugares de memoria.
Ponerle una cara al dolor de la guerra es una tarea titánica de hacer, sin embargo, el Museo Caquetá le apostó a mostrar «Los rostros de la memoria». La exposición se construyó a partir de unas piezas gráficas que cuentan las historias de vida de algunas de las víctimas del departamento.
Los habitantes de Florencia conocieron las narrativas que se construyeron a partir de unas entrevistas a los familiares de las víctimas, quienes asistieron al evento de apertura. Después del 9 de abril, la exposición no se quedó quieta, pues ha viajado por distintos municipios de Caquetá y estará presente hasta el 30 de este mismo mes.
«Las violencias no se han manifestado con la misma intensidad ni de la misma forma en todas las regiones del país, mucho menos en iguales proporciones frente a todos los grupos étnicos», indicó un integrante de Muntú Bantú: Centro de Memoria Afrodiaspórica de Colombia. Esas fueron las palabras con las que inició el vocero la disertación de la organización, presentada el 9 de abril de manera virtual.
Su intervención estuvo acompañada por la directora de la organización, María Fernanda Parra, quien resaltó la importancia de la conmemoración y recordó los distintos tipos de violencias que han sufrido las mujeres negras. «Nosotras demandamos condiciones y garantías para la no repetición», agregó.
Para resistir al olvido y al silencio, hicieron esta presentación:
El arte es una de las formas de expresar las heridas cuando las palabras se quedan cortas. Las mujeres víctimas y colectivos de jóvenes entendieron ese poder de catarsis y presentaron una serie de manifestaciones artísticas en el centro comercial Unicentro, en Cúcuta.
El encuentro, realizado el 9 de abril, fue liderado por la Mesa de Memoria Histórica de Norte de Santander. En la mañana y tarde de aquel domingo, la población tuvo la oportunidad de entablar una conversación sobre las consecuencias de la violencia en Colombia y la importancia de trabajar en pro de la memoria.
Cortesía de la Mesa de Memoria Histórica de Norte de Santander.
«Buscamos que los procesos creativos no se queden en el producto, sino que sea todo un proceso de sanación y catarsis», explicó Daniela Posada, integrante de Agroarte. El 9 de abril se encontraron 33 organizaciones de base, en la Comuna 13 de Medellín, para inaugurar la exposición «Olor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria».
En la congregación, se visibilizaron seis historias de mujeres resilientes a la guerra. La población antioqueña pudo ser testigo de cómo el arte les permitió a las víctimas hacer un proceso de sanación de sus vivencias durante el conflicto armado.
Crédito: Giorgos Tsarbopoulos.
Desde el 9 hasta el 14 de abril, la Casa de la Memoria de Nariño realizó distintas actividades simbólicas, artísticas y académicas para conmemorar a las víctimas del conflicto armado. Entre estas se destacaron los talleres «Bordar la memoria/situar el conflicto en la ciudad» y la proyección del conversatorio «Cuando las aguas se juntan».
El Museo Casa de la Memoria lideró un cronograma de actividades en el marco del Proyecto Territorios, para fortalecer a organizaciones sociales, civiles y de víctimas con incidencia en Medellín. Desde el 9 al 14 de abril, se hicieron movilizaciones, conversatorios y exposiciones para seguir cultivando espacios que cuiden las memorias.
El CNMH resaltó la manifestación que se efectuó el 12 de abril en la avenida Jorge Eliécer Gaitán —mayormente conocida como avenida Oriental o avenida El Dorado—. La entidad recordó el magnicidio del líder, a causa de su posición política, el 9 de abril de 1948: «rendimos tributo a este hombre que tantas enseñanzas dejó para la sociedad», escribió el Museo Casa de la Memoria en Instagram.
Cortesía del Museo Casa de la Memoria.
Entre el 12 al 14 de abril, la Minga por la Memoria y la Mesa de Acceso a la Justicia, Víctimas, Protección y Memoria, del Movimiento Paro Cívico, desarrolló una gran jornada de solidaridad con las víctimas.
Entre las actividades se resalta la minga de limpieza del Centro Nacional de Memoria Histórica del Litoral del Pacífico (CNMHL). La organización manifestó que la apropiación de ese lugar representa «una conquista social en el marco de la reparación de las víctimas».
Cortesía de la Minga por la Memoria y la Mesa de Acceso a la Justicia, Víctimas, Protección y Memoria del Movimiento Paro Cívico.
En la institución educativa Ruinas de Yacopí Viejo, los jóvenes recibieron los mensajes e historias de vida de los adultos mayores para la no repetición del conflicto armado en Colombia. En el ejercicio de construcción de memoria, se expuso el montaje de las fotografías inéditas del municipio antes y después del reconocido bombardeo en 1952.
La iniciativa la generó el grupo Parchemos por Yacopí y también contó con una integración del colegio Eduardo Santos, que aportó a la transformación de espacios afectados por la violencia en sitios marcados por el arte, la cultura y la esperanza. Por eso, el encuentro finalizó con un mural de la historia del municipio.
Cortesía de Parchemos por Yacopí.
En San Basilio de Palenque no solo se conmemoró a las víctimas, sino que también recordaron el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán. El 15 de abril, los habitantes del municipio de Bolívar hicieron un recorrido guiado desde el monumento del líder político, sin embargo, la apuesta de la Casa Museo «Simankongo» no se quedó allí.
La organización contempló una estrecha relación entre la memoria histórica y las labores culturales. Como resultado, la cocina tradicional, la producción de piezas y objetos artesanales, y la música fueron los tres protagonistas en el evento de San Basilio de Palenque.