La Dirección de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica presentará públicamente el informe N° 12 de la serie origen y actuación de las agrupaciones paramilitares en las regiones El bloque Mineros de las AUC, violencia contrainsurgente, economías criminales y depredación sexual. El lanzamiento se realizará en Toledo, Antioquia con la participación de organizaciones de víctimas de las subregiones de occidente, norte, nordeste y bajo Cauca de Antioquia, quienes hicieron parte de los talleres de memoria histórica y de validación.
El informe se realizó con base en la revisión de 1238 aportes a la verdad que exintegrantes del bloque Mineros de las AUC hicieron ante la Dirección de Acuerdos entre los años 2013 y 2020, en el marco de la implementación del Mecanismo no judicial de Contribución a la Verdad. Además, el equipo de investigación realizó 33 entrevistas y 6 talleres de memoria como parte de la estrategia de Contribuciones Voluntarias con víctimas del conflicto armado, organizaciones de la sociedad civil, académicos y expertos en el tema, para tener una pluralidad de voces en este ejercicio de memoria y esclarecimiento de la verdad.
La presencia del Bloque Mineros en la zona nororiental de Antioquia inicia en 1984, siendo conocido como el Grupo Mineros o Frente Caucasia, e hizo parte de una avanzada de las ACMM (Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio) hacia la subregión del Bajo Cauca antioqueño y el sur de Córdoba, para ofrecer protección violenta a ganaderos, mineros y narcotraficantes asentados en estas regiones, y extender el proyecto político contrainsurgente.
A partir de 1994 se reconoce como Bloque Mineros. Desde ese año, la estructura logra extenderse desde el Bajo Cauca hacia el norte y el nordeste de Antioquia y al sur de Córdoba, creando una compleja estructura militar y financiera, con férreas lealtades hacia su comandante máximo, Ramiro Vanoy Murillo, alias Cuco Vanoy, lo que luego le representó la posibilidad de formar parte de los procesos de articulación del paramilitarismo en los ámbitos regional y nacional, esto es, a las ACCU (Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá) y a las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia).
En el período de 1994 a 2006, el Bloque Mineros desarrolló los más crueles repertorios de violencia que se hayan conocido en los territorios donde actuó, los cuales incluyeron masacres, desapariciones forzadas, asesinatos selectivos, desplazamientos forzados, violencia sexual, entre otros, que dejó una larga estela de víctimas y daños. También logró la consolidación de las economías criminales asociadas al narcotráfico y la minería. Además, hizo parte del proceso de aniquilación, desplazamiento y contención de expresiones políticas de izquierda y alternativas que se dio en todo el país. Su accionar contrainsurgente cobró la vida de militantes de movimientos políticos como la UP, A Luchar o el Movimiento 27 de febrero, entre otros.
En 2006 el Bloque Mineros participó de una ceremonia de desmovilización y dejación de armas, en la que estuvieron más de 2.700 integrantes de la organización. Sin embargo, este proceso no significó el desmonte del paramilitarismo, y estuvo rodeado de serios cuestionamientos porque miembros claves de la estructura no se desmovilizaron y tampoco entregaron todas las armas. La aparición casi inmediata de grupos armados sucesores de ese Bloque da cuenta de la validez de estas afirmaciones.
La actuación del Bloque Mineros dejó daños socioculturales relacionados con la desintegración de las economías campesinas que eran predominantes en los territorios de actuación de la estructura, lo que condujo a que la población perdiera su capacidad de autogestión para solventar sus necesidades básicas, para convertirse en dependiente de la economía criminal del narcotráfico, lo cual se hizo palpable en los corregimientos de El Guáimaro y La Caucana, del municipio de Tarazá.
Fecha: sábado 25 de junio de 2022
Hora: 8:30 am