¡El micrófono abierto del CNMH: un espacio para escuchar a «Todas las memorias todas»
La Biblioteca Especializada en Derechos Humanos, Memoria Histórica y Conflicto Armado del CNMH creó esta actividad en la que se han leído poemas, ficciones y anécdotas sobre el conflicto armado colombiano.
La lectura es una experiencia que no ocurre de la misma manera dos veces: así sea un texto desconocido o una vieja historia narrada por enésima vez, las palabras nunca se sienten igual. Así, el poder de las letras no solo permite transitar las emociones, sino también transformarlas, especialmente si se leen desde el «Micrófono abierto» del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), un espacio creado por la biblioteca especializada de la Dirección de Archivo de Derechos Humanos de la entidad.
Quienes han participado en este taller han leído poemas, ficciones y anécdotas sobre el conflicto armado colombiano. «Hemos podido compartir narraciones, tanto de acontecimientos personales como novelas, que nos cuentan desapariciones forzadas», explicó Nartyjulieth Vásquez, contratista de la Biblioteca Especializada en Derechos Humanos, Memoria Histórica y Conflicto Armado del CNMH.
El micrófono abierto es una actividad pensada desde el CNMH para escuchar a «Todas las memorias todas» y ha sido una de las más concurridas en las ferias del libro de Cali, Ipiales y Medellín durante 2023. Este formato se replicó en 2024 durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), donde resonaron las voces de las víctimas.
La Colombia fuera de Colombia
El ejercicio de construir la memoria genera lazos que incluso traspasan las fronteras. Es así como, en una de las jornadas del micrófono abierto, los participantes conocieron la historia de Carlos Andrés Méndez, una víctima del conflicto armado que reside en Italia, y cuya voz llegó al estand del CNMH a pesar de estar fuera del país. «Mi historia, como tantas otras, está marcada por el sufrimiento del conflicto armado que se ha ocasionado en Colombia», dijo Méndez en un video enviado desde el país europeo.
Si bien no estuvo presencialmente, su historia de lucha y resistencia frente a los flagelos de la guerra sí fueron escuchados por el público, ya que Carlos le prestó su voz a una gran amiga suya: Andrea Suárez, quien tomó el micrófono para contar los flagelos que sufrió Méndez mientras vivía en Puerto Asís (Putumayo). A través de su relato, los asistentes reconocieron su sentir tras los «falsos positivos» de su hermano y su tío, y el asesinato de su madre, cometido por la extinta guerrilla de las FARC-EP.
De este modo, el micrófono abierto del CNMH se convirtió en un espacio para escuchar las historias y reflexiones no solo del territorio, sino también de esa Colombia que existe fuera de Colombia. Estas actividades «ayudan a que nuestros seres queridos no sean olvidados —manifestó Méndez—. La memoria nos une, nos da la fuerza, nos motiva y nos da esa esperanza para salir adelante».
Los relatos de las víctimas del conflicto armado han estado presentes en el micrófono abierto con libros como Leer para escribir: relatos de mujeres en la guerra; Mujeres. Saberes y sabores; y Arte, memoria y vida. Comuna 13 y la vereda La Loma, los cuales han sido el resultado de iniciativas de memoria histórica de las comunidades que han sido apoyadas por el CNMH.
No obstante, la lectura no solo se limita a los textos del CNMH, pues lo más importante son las voces de las diferentes personas que comparten sus historias, narraciones y escritos; en este sentido, la entidad escucha las voces de los diferentes departamentos de Colombia.
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Es así como, en más de una ocasión, se leyeron fragmentos del libro «Colcha de relatos», una iniciativa que entrelaza narrativas alrededor de la resistencia de los habitantes del Quindío. Este proceso fue liderado por Miguel Alfonso Rivera, una de las voces que también fue escuchada durante la FILBo 2024.
«A veces, escribir duele más que recordar, pero me di cuenta de que, con las letras, se puede hacer mucho más que con las armas», indicó, por su parte, Enrique Álvaro González, coautor del libro. Este quindiano fue guardián de una cárcel por 32 años, pero fue hasta que encontró la literatura que entendió cómo «podía aportarle a la sociedad».
Por último, durante este espacio, también se tejió una gran «colcha de la memoria a través de la palabra». Al respecto, Andrea Suárez concluyó lo siguiente: «Hay cosas maravillosas en la vida que a veces se guardan, pero vuelven a surgir. Eso es la resiliencia, no quedarse en las cosas malas, la angustia y la rabia».
La palabra es «gracias»
Les damos las gracias de manera muy especial a todos los jóvenes, estudiantes, víctimas, artistas, exmilitares, escritores(as) consagrados(as), amas de casa, docentes, adultos(as) mayores y líderes y lideresas sociales que nos han permitido escuchar su voz, historias, testimonios y, por supuesto, su memoria. Asimismo, extendemos nuestro agradecimiento a quienes escucharon, leyeron y conversaron, a quienes se detuvieron en este espacio para permitir que las palabras llegaran y formaran parte de su memoria e historia.