A diferencia de los otros informes publicados por el GMH, este no trata de hacer memoria frente a un episodio inédito y anteriormente contado de manera fragmentada, sino de reconstruir un proceso y la historia de 24 años (surge en 1987) de una organización campesina enfrentada en su transcurrir a diversas modalidades de violencia en el Carare, Santander. Es así que el informe se mueve en dos dimensiones: de un lado resalta la resistencia de la ATCC, la memoria de sus formas de enfrentar la violencia y las fases de la organización campesina. Y, del otro lado, contempla aspectos relacionados al proceso de victimización, la acción de la justicia y el proceso apenas inicial de reparación colectiva.