El secuestro en la Iglesia La María: los lazos que nacieron en el cautiverio
El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) conmemora los 25 años del secuestro masivo cometido por el ELN en la iglesia La María (Valle del Cauca)
Isabella Vernaza recuerda al detalle el día del secuestro masivo en la iglesia La María, en Cali (Valle del Cauca). Ese domingo, previo a la eucaristía, la mujer hizo mercado y guardó en su cartera un trapo para subir los alimentos a su carro; sin embargo, nunca pensó que aquel trozo de tela rasgado les serviría a 11 personas durante cinco meses.
Cuando el ELN se llevó a 194 feligreses en dos camiones tipo furgón, Vernaza quedó en un grupo de 8 mujeres y 3 hombres. «El día siguiente tuvimos la oportunidad de bañarnos —explicó la víctima, quien entonces se cuestionó con qué se iba a limpiar—. Yo me acordé del trapo que tenía en mi cartera y me sequé muy bien con él».
Los ojos de sus compañeros se pusieron sobre el trozo de tela. Para la vallecaucana, sus miradas preguntaban «¿nosotros qué?, ¿cómo nos vamos a secar?», y ella, sin dudarlo, se los prestó, no solo ese día, sino durante cinco meses de cautiverio. «Este trapito simboliza el estar dispuesto a compartir. No importa que no tengamos nada, pero compartimos la intimidad absoluta», agregó.
Esa fraternidad comenzó el 30 de mayo de 1999, sobre las 10:30 a. m., cuando llegó un grupo de hombres armados a la iglesia La María. «Se pararon en la parte de atrás, casi que bloqueando todo el lugar», señaló Juan Daniel Otoya, quien era apenas un niño cuando vivió el secuestro.
#EfeméridesCNMH | Tras 25 años del secuestro masivo en la iglesia La María (Valle del Cauca), honramos y dignificamos la memoria de las personas que sufrieron el cautiverio, y la de sus familiares y amigos que alzaron las banderas de lucha por su libertad ✊.
— Centro Nacional de Memoria Histórica (@CentroMemoriaH) May 30, 2024
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Los feligreses recuerdan que al templo entró un hombre con uniforme del Ejército, quien luego se acercó al párroco Jorge Humberto Cadavid, y le susurró al oído lo que sucedía. Según Vernaza, el padre les comentó: «Estos señores me dicen que son del Gaula, dicen que hay una bomba, y es mejor que evacuen la iglesia».
Los asistentes desconfiaron de esas palabras y desobedecieron la instrucción. De hecho, Yaslín Durán Córdoba, escolta de uno de los participantes de la misa, se percató de que las botas que utilizaban no eran parte de la indumentaria habitual de la fuerza pública. Tras resistirse a las órdenes del ELN, los guerrilleros lo asesinaron y, acto seguido, obligaron a niños, adultos mayores, e incluso al párroco, a subirse a los camiones.
Ese domingo fueron secuestradas 194 personas, de las cuales 93 quedaron en poder del ELN, 86 fueron dejadas en el camino y 15 más escaparon.
Los lazos que persisten 25 años después
Los testimonios de Isabella y Juan Daniel están recogidos en el documental La reunión, una iniciativa de memoria histórica liderada por algunas víctimas de este secuestro, las cuales contaron con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y la Universidad Autónoma de Occidente.
Tras 25 años, el CNMH destaca el largometraje que les rinde homenaje a las víctimas directas y a sus familiares y amigos que levantaron valientemente las banderas de lucha por su libertad. «Los que se quedaron aquí vivieron la incertidumbre y vivieron la negociación y las presiones; vivieron cosas muy duras», reflexionó Vernaza.
En el producto audiovisual se detalla cómo en el cautiverio no solo compartieron un trapo entre 11 víctimas —o en otro caso, un cepillo de dientes entre 17 personas—, sino que se crearon recuerdos que tras 25 años siguen vigentes. Año tras año, los sobrevivientes se han reunido para lograr sobrellevar los impactos del secuestro a través de la amistad, la solidaridad y la fraternidad.
Su resiliencia quedó registrada no solo en el documental, también en objetos como pinturas, cartas e, incluso, canciones que fueron escritas en medio de aquel flagelo.
«Solo dime quién quiere más la libertad,
que alguien que ha pagado una condena, sin merecerla.
Solo dime quién quiere más vivir tranquilidad,
que alguien que ha tejido sus problemas entre la guerra».
*Fragmento de la canción escrita por Patrick Martínez, víctima del secuestro.