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Autor

Tatiana Peláez

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Tatiana Peláez

Publicado

16 Nov 2016

“El trabajo de memoria no es juzgar, es contar el conflicto”

Así resumió Gloria Elcy Quintero, miembro de la Asociación de víctimas de Granada (Asovida), la labor de recordar y dignificar la memoria de las víctimas del conflicto armado en Granada, Antioquia, durante los actos de lanzamiento, en este municipio el pasado 5 de noviembre, del informe “Granada: memorias de guerra, resistencia y reconstrucción”.


Hablar del conflcito armado en Granada y en el corregimiento de Santa Ana en Antioquia, es relatar la historia sobre innumerables combates entre guerrilleros, Ejército y paramilitares. Es nombrar masacres, enumerar personas desaparecidas, asesinatos selectivos, violaciones y muchas más aberraciones de la guerra. Por ejemplo, caso que se encuentra documentado en el informe, el 3 de noviembre de 2000 ocurrió la más recordada de las acciones paramilitares contra la población: “Según testimonios de varios habitantes, paramilitares incursionaron en las horas del mediodía al casco urbano simultáneamente desde tres sectores: La Bomba, Los Tanques y La María asesinando en el recorrido a 19 personas en el casco urbano y veredas aledañas de Granada“. 

Pero hablar de Granda también es reconocer el valor de las personas sobrevivientes del conflicto: sus fortalezas y luchas diarias para que esto no se repita. Gloria, hermana de una persona desaparecida en el corregimiento de Santa Ana, lamentó, en el lanzamiento del informe, que se trata de una “verdad a la que nadie le apuesta”, mientras mostraba las 297 fotos de las víctimas y las bitácoras con relatos de sus familiares que se conservan en el Salón del Nunca Más, cerca de la plaza principal de Granada.

El Centro Nacional de Memoria Histórica, junto con la Corporación Región, recoge en este informe el relato de los pobladores de Granada y del corregimiento de Santa Ana, además del estudio de lo que pasó, cómo pasó y por qué pasó. “En 1997 en Granada había 18 mil habitantes. Entre 2001 y 2003 cuatro mil. Hoy somos unos diez mil. Pero en algún momento del conflicto armado en el corregimiento de Santa Ana quedaron solo nueve habitantes en el casco urbano. ¡Nueve!”, agregó el actual alcalde de Granada, Omar Gómez, para dar una idea de la dimensión del impacto sobre la población.

El paisaje antioqueño de altas y verdes montañas acompasadas una tras otra como suaves chinchorros, contrasta de manera abrupta con lo sucedido: Granada fue afectada por seis incursiones armadas de la guerrilla, una incursión paramilitar y varios actos violentos en su cabecera municipal, además, fue escenario de una intensa confrontación armada en la que se emplearon estrategias bélicas como combates, ataques, tomas, emboscadas y bombardeos:

  • El 18 de mayo de 2000 hubo un ataque al puesto de policía ejecutado por el ELN. Y en noviembre varias acciones del ELN dejan personas muertas.
  • El 3 de noviembre del mismo año 2000 entran paramilitares del Bloque Metro a la cabecera municipal. La toma paramilitar deja 19 personas muertas.
  • El 6 de diciembre de 2000 estalla en la cabecera municipal de Granada un carrobomba instalado por las Farc con cuatrocientos kilos de dinamita, en una toma guerrillera que deja 23 personas muertas y varias manzanas totalmente destruidas.
  • El 7 de diciembre de 2000 durante la toma las Farc hacen ataques con cilindros bomba y tiroteos.
  • El 7 y el 20 de abril de 2001 el Bloque Metro deja once personas muertas.
  • En 2003 una caja con explosivos envueltos en un bulto de naranjas, estalla.

     

    Esta cronología del conflicto armado produce interrogantes como: ¿quiénes se ensañaron contra esa población? ¿Contra quiénes? ¿Por qué? A pesar de que no existe un dato preciso sobre el número total de víctimas, la información oficial ofrece una radiografía de la magnitud de la afectación de la población. El Observatorio Nacional de Memoria y Conflicto del CNMH reportó a marzo de este año 460 personas víctimas de asesinato selectivo, 2.992 de desaparición forzada, 59 asesinadas en 10 masacres, 98 víctimas de secuestro y 50 de violencia sexual. 

    Las personas que participaron en la presentación del informe en Granada señalaron que la palabra clave es reconstrucción. En un primer momento se trató de la reconstrucción física de un pueblo destruido por las bombas y las armas. Ahora, en este momento se trata de la continuación de la reconstrucción del tejido social y del sentido social. “Debemos pedirle perdón por haberlos dejado solos, aunque la población de Santa Ana tuvo la capacidad de resistir”, concluyó Marta Villa, coordinadora del informe.

    “Este informe nos anima porque vemos que no estamos solos. Hay muchos en Santa Ana por quienes trabajar, y eso nos da ánimo”, consideró Rubiela López, habitante del corregimiento, mientras que para María Carmenza Giraldo, de la Alcaldía de Medellín,“este informe sirve para sanar, allí están sus voces”. 

    Por su parte la personera municipal de Granada Viviana Castaño expresó que “el informe sirve para que el Estado tenga recomendaciones desde lo social, desde la educación, desde la reparación de los campesinos”.

    Todas estas son motivaciones para continuar adelante con la reconstrucción y con la resistencia.


    Publicado en Noticias CNMH

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