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18 May 2017

Elsa y Mario: Territorio imprescriptible

Una pareja de investigadores, motivados por el amor a la vida, Mario Calderón y Elsa Alvarado, del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), fueron asesinados el 19 de mayo de 1997, hace 20 años, a las 2:05 de la mañana en la ciudad de Bogotá. La Fiscalía, el pasado 11 de mayo, declaró este crimen como de lesa humanidad y, en consecuencia, que es imprescriptible.

“Muerte”, seis letras que vierten —los recientes asesinatos a líderes sociales impiden hablar en pasado— el mar de sangre que sigue bañando a Colombia durante más de cinco décadas de conflicto armado. Y, “dulce es la muerte para los que no la sufren”, escribió Mario Calderón. Ese amargo sabor lo probaron familiares, amigos y allegados de los dos investigadores, que aún hoy, 20 años después, siguen exigiendo justicia porque el caso se encuentra en total impunidad.

“Hace 20 años —escribe el padre Javier Giraldo Moreno, S. J. en la más reciente edición de la revista Noche y Niebla del Cinep/Programa Por la Paz— nos dijeron que ya todo estaba claro; que habían descubierto un celular en el que habrían quedado registradas llamadas emitidas desde los alrededores del edificio en el que se consumó el crimen. El jefe de la Policía Nacional, General Roso José Serrano, apareció días después en un noticiero de televisión afirmando que un narco de apellido ´Gaitán Mahecha´, poblador de los alrededores de Suba, estaba implicado en el crimen. El Fiscal General, Alfonso Gómez Méndez, le suplicó al Director del Cinep, Padre Gabriel Izquierdo (QEPD), que no le diera poder a ningún abogado, pues él se comprometía a mantenerlo al tanto de las pesquisas. Meses después el crimen le fue atribuido a la ´Banda de la Terraza´, la cual habría trasladado a algunos de sus efectivos de Medellín a Bogotá, para asesinar a Mario, a Elsa y a Don Carlos (Padre de Elsa). Pero las certezas se iban desvaneciendo rápidamente, una vez cumplido su cometido: dejar una volátil e inconsistente sensación mediática de ´eficacia de la justicia´”.

A pesar de ello, la Fiscalía emitió una decisión en la que determina que estos crímenes se categorizan como violaciones de lesa humanidad: “los delitos fueron cometidos dentro de un plan sistemático y generalizado contra la población civil”, dice el ente acusador. A lo que la Comisión Colombiana de Juristas, en su calidad de representante judicial de las víctimas, dijo que “estos crímenes se declararan expresamente como delitos de lesa humanidad, al considerar que, junto a otros homicidios, como el de Jesús María Valle Jaramillo, Eduardo Umaña Mendoza y Jaime Garzón, fueron parte de la ejecución de un plan de carácter generalizado y sistemático en contra de defensores de derechos humanos”. 

Un artículo publicado en 2016 por el diario El Espectador señala que “no hay condenas contra los autores intelectuales ni los determinadores de los asesinatos. Escobar le informó a este medio que solo por versiones libres llevadas a cabo el año pasado, alias ‘don Berna’ señaló directamente al coronel (r) Jorge Eliécer Plazas Acevedo como la persona que entregó información a Carlos Castaño atribuyéndole a ellos dos vínculos con el ElN, y, dijo ‘Berna’, fue a raíz de esa información que Castaño decidió sentenciarlos a muerte. El 17 de abril pasado, El Espectador conoció que cinco sicarios de la Terraza confirmaron las declaraciones de “don Berna””.  conoció que cinco sicarios de la Terraza confirmaron las declaraciones de “don Berna””. 

Este jueves, 18 de mayo, se llevará acabo el panel “Dulce es la muerte para los que no la sufren”, en las instalaciones del Cinep/PPP, con la participación de Iván Calderón Alvarado, hijo de Elsa y Mario; Sofía Zambrano, abogada de la Comisión Colombiana de Juristas; y Camilo Eduardo Umaña, abogado y especialista en derechos humanos y DIH.



    Publicado en Noticias CNMH

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