FOTORRELATO ‘ECOS DE MESOPOTAMIA’

Ecos de Mesopotamia, el primer registro de la violencia de esta zona del nororiente de Antioquia

 

Estas son algunas de las fotografías que hicieron parte de la exposición “Ecos, Mesopotamia: Refugio de amor”, que desarrolló la Dirección del Museo de Memoria en Bogotá.

En cocreación con las comunidades de Mesopotamia (Antioquia), la Dirección del Museo de Memoria, que hace parte del Centro Nacional de Memoria Histórica - CNMH, desarrolló la exposición “Ecos, Mesopotamia: Refugio de amor”, con la que expuso la violencia del conflicto armado y las resistencias de esta comunidad.

Les mostramos algunas de las fotografías y los hechos ocurridos en las últimas décadas en Mesopotamia: 

Foto 1: 

El día que la calma se rompió

El 26 de abril de 2000, la noche en Mesopotamia (Antioquia) se tiñó de horror cuando un grupo de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) irrumpió en este corregimiento del municipio de La Unión y perpetró una masacre en la que cinco personas fueron asesinadas. Esta barbarie desató el desplazamiento forzado de 163 de las 172 familias que conformaban la comunidad, dejándola al borde de la desaparición.

 

Foto 2:

Mesopotamia, un rincón campesino ubicado en el nororiente de Antioquia, se convirtió en escenario de violencia durante las décadas de 1990 y 2000. Su ubicación estratégica hizo de este corregimiento el epicentro de un complejo repertorio de crueldad, debido a la presencia simultánea de las guerrillas, los paramilitares y el Ejército. En ese sentido, la población fue víctima de minas antipersonales, secuestros, amenazas y asesinatos sistemáticos.

 

Foto 3:

A partir de 2010, cuando la violencia comenzó a disminuir, los antiguos habitantes de Mesopotamia iniciaron su retorno. Este regreso se dio sin acompañamiento del Estado, pero con el impulso de los y las campesinas por recuperar sus vidas y las dinámicas de un territorio que por décadas había sido pacífico. Este acto fue un ejercicio de resistencia civil y autonomía que reconstruyó el tejido social de Mesopotamia a fin de recuperar la dignidad campesina como legado para las nuevas generaciones.

 

Foto 4:

Con el paso del tiempo, los rostros de quienes resistieron la violencia se han hecho mayores y, por lo tanto, para la comunidad, documentar sus memorias es una tarea apremiante, ya que sus relatos son la prueba de lo vivido y el faro de la resiliencia, para que no se pierda la verdad y las generaciones más jóvenes sean garantes de la no repetición. 

 

Foto 5:

Las casas en ruinas, los fragmentos de armas oxidadas y las cruces en los caminos de Mesopotamia no solo son vestigios y cicatrices de la guerra, sino también elementos que la comunidad ha transformado en un «surco fértil». Este concepto simboliza la capacidad de convertir la memoria de la pérdida en un proyecto de vida y futuro, sembrando la paz en el mismo lugar donde se instaló el terror.

 

Foto 6:

La Dirección del Museo de Memoria de Colombia, que hace parte del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), registró esta historia en la exposición «Ecos, Mesopotamia: refugio de amor», uno de los primeros registros sobre lo ocurrido en el corregimiento en el marco del conflicto armado. La exposición estuvo abierta al público entre el 28 de octubre y el 28 de noviembre en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, llevando la verdad campesina al corazón de la capital.

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