La presente investigación hace parte de la serie “Informes sobre el origen y la actuación de las agrupaciones paramilitares en las regiones”, que responde, en primer lugar, a las funciones misionales del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) establecidas en la Ley 1448 de 2011 y, en segundo lugar, a la obligación entregada a la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV) en la aplicación de la Ley 1424 de 2010.
La unidad de análisis de este estudio es la estructura armada denominada Bloque Catatumbo (BC) de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que operó entre 1999 y 2004 en 30 municipios de Norte de Santander. El marco espacial de este estudio no es la totalidad del Catatumbo (porque este grupo solo operó en cinco de sus municipios), ni únicamente esta subregión del departamento (porque dicha estructura operó en otras zonas). De este modo, el presente informe no es un análisis departamental del fenómeno paramilitar en tanto no se refiere a los demás grupos que allí actuaron.
«Al comercio de Alejandría lo hice bajar a la zona mía a hablar conmigo, [a] todos los dueños de locales. Yo citaba y la gente bajaba, citaba a los dueños de las bombas, a los de las carnicerías [...]. Bajaban 200, 300 personas a una reunión. [...] “Bájenme el sector de los mineros de carbón”. [...] Después ya seguían bajando, bajaban a tomar whisky, [...] a que uno fuera el padrino de los hijos»
(CNMH, CV, Laverde, postulado, 2021, 24 de marzo).
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«Ahora ni plátano consigue uno en las fincas porque todo el mundo se dedica a sembrar coca. Eso era lo que le interesaba a los paramilitares, el billete. Ese era el conflicto y por eso hubo tanto muerto»
(Mujer comerciante, La Gabarra, 2021, 2 de febrero).
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«Había gente que los reclutaban para que entraran a trabajar con las autodefensas, los uniformaban, les colocaban un fusil viejo [...] y el Ejército los mataba y hacía que sí le estaban peleando [a] las autodefensas, [...] se llamaban falsos positivos»
(CNMH, MNJCV, 2014, 21 de mayo).
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«Hubo un momento que el sector campesino se salió de la región por la matanza que se presentaba. La única comunidad que se quedó allá fue la comunidad barí. [...] Lo único que tenemos es el resguardo. Esa es nuestra casa, por eso decimos es que la tierra es nuestra madre. Vivimos y cuidamos en ella, no tenemos más lugares a dónde ir, entonces nos quedamos ahí»
(Hombre líder indígena barí, Tibú, 2020, 19 de noviembre).
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«No permitimos que ningún grupo al margen de la ley se vincule o esté directamente trabajando con la Junta de Acción Comunal de nuestro caserío»
(Hombre docente, Petrólea, 2021, 24 de marzo).
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«Entonces vienen [grupos armados] y pintan algo y ellos [los líderes] van y le dicen: “Si quieren vivir en el pueblo, entren y salgan, pero no queremos verlos con armas, ni que nos pinten las casas”»
(Grupo focal, Pacelli, 2021, 3 de febrero).