El conflicto armado en Colombia ha golpeado duramente la actividad política y, por lo tanto, ha perturbado el funcionamiento del sistema democrático.
El departamento de Norte de Santander es un doloroso ejemplo de los graves daños que el conflicto armado le ha ocasionado a la posibilidad de que los ciudadanos escojan libremente a sus voceros en los cargos de elección popular y que éstos puedan ejercer a plenitud sus compromisos legales y los mandatos de sus comunidades.
Esta región del nororiente del país ha sufrido, como pocas, los embates de las guerrillas y los paramilitares contra dirigentes y militantes políticos de todas las vertientes, mediante asesinatos, secuestros, amenazas y desplazamientos forzados.
En la presente publicación, el Centro Nacional de Memoria Histórica seleccionó cuatro casos muy representativos de cómo la guerra silenció la actividad política de voceros de todas las tendencias políticas en Norte de Santander. Se trata del secuestro y muerte en cautiverio del ex ministro conservador Argelino Durán Quintero y de los asesinatos del senador liberal Jorge Cristo Sahium, del ex alcalde, poeta y candidato independiente a la gobernación Tirso Vélez y del dirigente comunista Carlos Bernal. Estas historias son emblemáticas de muchísimas otras víctimas en el país, que incluyen alcaldes, concejales, diputados, gobernadores, congresistas y candidatos presidenciales.