Aunque internacionalmente este delito lleva más de 60 años prohibido, es una práctica recurrente en muchos países, de acuerdo con Amnistía Internacional. En el caso colombiano la tortura es una muestra más del nivel de degradación del conflicto que se vive desde hace más de cinco décadas y ha sido utilizada como método de entrenamiento de grupos armados ilegales, demostración de poderío, y para tomar el control de territorios y de poblaciones.
Es importante resaltar que el conjunto de prácticas inhumanas, que hacen parte del concepto de tortura, han sido utilizadas por todos los actores armados ilegales en Colombia. En el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), “Recuerdos de Selva”, queda claro que las guerrillas han torturado a miembros de la fuerza pública con el secuestro mientras los paramilitares han hecho muestra de su sevicia contra las comunidades, como lo reveló el informe “Textos corporales de la crueldad”.
Este crimen de lesa humanidad suele estar relacionado con otro tipo de repertorios violentos como la desaparición forzada, el secuestro, ejecuciones extrajudiciales, violencia sexual, entre otros. Lo que hace que difícil determinar un número exacto de víctimas y demostrar su magnitud.
Es por esta razón que el CNMH se une a la conmemoración de este día, no sólo para revelar que la tortura ha hecho parte de la guerra en Colombia sino para acompañar y dignificar la memoria de cada persona que tuvo que soportar sobre su cuerpo, o su mente, tratos inhumanos y degradantes, y mostrar la necesidad de seguir trabajando para erradicar esta práctica.