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Cortesía EUROCLIO

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Publicado

28 Mar 2017

India y Bosnia: dos miradas a la memoria

La Asociación Europea de Educadores de Historia (EUROCLIO), escogió a Colombia para hacer parte del proyecto “Lidiar con el pasado en la enseñanza de historia”, que empezó en febrero de 2016, y terminará en abril de 2017.

El objetivo del proyecto es permitir el intercambio de experiencias entre líderes en educación de ocho diferentes países, con líderes de todo el mundo que también trabajan por la enseñanza de la historia y la memoria.

Las representantes de Bosnia-Herzegovina y de la India escogieron como destino a Colombia y estuvieron en Bogotá entre el 12 y el 16 de marzo. Visitaron el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) donde conocieron el proyecto de la Caja de Herramientas para maestras y maestros, y algunas experiencias de docentes que la han implementado en sus aulas, en Bogotá y otras regiones.

También visitaron otras instituciones como colegios públicos y privados, el Ministerio de Educación y el Centro de Memoria Paz y Reconciliación.

La invitada de la India, Meena Megha Malhotra, es artista y trabaja en la Fundación Seagull, dirigiendo el proyecto “PeaceWork”. En él promueven el cambio social por medio de expresiones artísticas y talleres de arte con niños de diferentes partes de la India. Para ella, uno de los retos más grandes de su trabajo es la cultura de silencio que existe en su país, alrededor de la enseñanza del pasado; tanto reciente como histórico, y sobre los conflictos étnicos, religiosos y de castas.

Por su parte, Senada Jusic, de Bosnia-Herzegovina, es historiadora y profesora de historia. Trabaja para EUROCLIO en su país, y actualmente hace parte del equipo que busca reformar el currículo de historia en Sarajevo.

En Bosnia-Herzegovina el tema de los conflictos interétnicos relacionados con el conflicto armado interno que vivieron previo a la separación de Yugoslavia, no han sido bien manejados. Sobre todo entre los jóvenes que no ven en sus propios países esperanza ni oportunidades para desarrollarse, y terminan emigrando a otros lugares de Europa.

A sus ojos, la experiencia de Colombia es interesante por la forma como han logrado converger las organizaciones sociales y civiles con iniciativas de Estado, y por las experiencias que, aún en medio del conflicto, lograban resistir mediante la enseñanza de la historia y la memoria.

El CNMH habló con ellas acerca de sus impresiones, sus experiencias y la relación que ven con Colombia.

¿Por qué escogieron Colombia, entre los países a los que podían ir a visitar?

Meena: Debo confesar que no tenía mucho conocimiento acerca de su sistema de educación ni el conflicto armado que habían vivido. Sin embargo, había oído de fuentes muy cercanas y sólidas, que trabajan temas de historia, que aquí había un trabajo valioso en cuanto a la incorporación del pasado difícil en las enseñanza dentro de las escuelas. Eso me motivó a venir porque, de donde yo vengo, no ocurre algo así.

Senada: Para mi fue al contrario, conocía la historia del conflicto en Colombia, las guerrillas, secuestros, violencia sexual, etc. Pero no sabía de la parte que la educación y el activismo social tenían en ello. Cuando nos estaban nombrando los países que podíamos escoger y supe de la conexión que existía aquí entre el Estado y las organizaciones sociales, así sea en un nivel lejano, quise venir a ver de qué se trataba. En mi país este es un grave problema; no existe ninguna conexión de este tipo. Las organizaciones influencian a ciertas personas y el gobierno a otras. El poder que existe en combinar estas dos influencias haría un cambio muy grande. Por eso decidí venir.

¿Esas ideas se confirmaron después de su visita?

Meena: Absolutamente. Después de lo que hemos visto en las diferentes presentaciones, estamos impresionadas por el trabajo que se está llevando a cabo. Muy analítico y muy bien planeado.

Senada: Estoy totalmente de acuerdo. Me encantó conocer las realidades de las personas que trabajan en campo y están haciendo la diferencia. Además, ellos no están en una etapa de negación, sino que son muy realistas acerca de su trabajo, lo que pueden y lo que no pueden hacer por el momento.

¿Cuál es el peligro en la cultura del silencio que mencionó en su presentación?

Meena: El peligro es que el pensamiento se fija en un imaginario determinado. Cuando las personas no hablan de ciertas cosas, y las condiciones y la sociedad son de determinada manera, se generan imaginarios, paradigmas que terminan dividiendo la sociedad. Y esta división nunca es buena, es muy peligrosa. Es como una bomba de tiempo que no sabes cuándo ni qué la va a hacer explotar en algún conflicto social.

¿Por qué es importante hablar del pasado de forma positiva y no solamente de forma negativa?

Senada: Cuando en un país se lucha constantemente con la economía, los malos trabajos, la corrupción, la inmigración, el desempleo, etc., hay un aire muy negativo en general. Por lo tanto, las personas empiezan solo a hablar sobre esas cosas negativas. Cuando empiezas a resaltar lo positivo, lo que tienes y lo que puedes hacer, inspiras esperanza para el futuro y llamas a la acción a las personas. Por ejemplo, si le explicas a las nuevas generaciones que aquí pueden conseguir un trabajo tan bueno y una calidad de vida como la que esperan tener en Alemania, ellos pueden empezar a creer en el futuro de su propio país. Por esa influencia negativa, muchos jóvenes han perdido la esperanza y solo quieren irse. Pero si se quedaran y trabajaran por lo suyo, podríamos pensar en una posible transformación de la sociedad.

Por último, es fácil perder la esperanza cuando el cambio no sucede tan rápido como esperamos. En Colombia a veces sentimos esto, tras tantos años de un conflicto armado. En su propia experiencia, ¿cómo siguen trabajando sin perder la paciencia o la esperanza?

Meena: Creo que una gran diferencia es que el cambio es muy distinto cuando se propone como parte de la agenda nacional. Así lo veo yo en el caso de Colombia, donde se han tomado decisiones estratégicas a nivel nacional y en la esfera pública por la construcción de paz. Por el contrario, en el caso de la India, esto no ocurre. Se trabaja más con lo intangible; y en ese caso, las respuestas son diferentes a tus expectativas. Uno siempre quiere ver el cambio mientras viva, pero no puede perder la paciencia porque el trabajo es de una naturaleza tal, que no ocurre de la noche a la mañana. Y no puedes perder la esperanza porque vale la pena trabajar por la paz y el bienestar de todos. Además, ustedes tienen, al menos una parte de la institución, como respaldo.

Senada: Por un lado de niña se me enseñó que cada día uno debía hacer algo bueno y bello para el mundo, por pequeño que fuera. Por otro lado, se debe creer que hay algo bueno en cada ser humano que puede empoderarlo y hacer que contribuya al cambio social. Tienes que creer eso, si no, no tiene sentido hacer nada de esto. 


Publicado en Noticias CNMH

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