Este proceso de memoria histórica, promovido por 30 familiares de algunas de las 35 víctimas de la masacre de La Chinita y sus sobrevivientes, busca abordar los momentos festivos de la comunidad, frustrados por la masacre y hechos del conflicto armado en el Urabá.
En Colombia, todo el tiempo pasan cosas. De pronto, la calle que evocaba dolor para una comunidad puede convertirse en La calle de la esperanza. Durante años, las víctimas del conflicto armado colombiano han echado a andar sus propias iniciativas para construir un país en paz. Así lo hizo el colectivo “La Chinita” de Apartadó.
El colectivo decidió representar sus memorias mediante la música. Así compusieron el bullerengue sentao “En La Chinita cantamos por la memoria y la paz” y propusieron hacer un videoclip y un librillo en el que la letra y la música hacen referencia a hechos dolorosos, pero también de esperanza y solidaridad.
Allí estaban una vez más, en la calle del barrio Obrero, las 30 familias de los sobrevivientes de la masacre del 94. Estaban reunidos para hacer algo que habían querido desde hace 26 años.
“Por años quisimos componer y grabar una canción alusiva a lo nuestro”, recuerda Silvia Berrocal, líder de este colectivo de víctimas.
Al decir “lo nuestro” va más allá de lo que ocurrió el 23 de enero del 1994, cuando el frente 5 de las Farc asesinó a 35 personas en medio de una festividad comunitaria. “Lo nuestro” son las muestras de solidaridad que se han gestado entre ellos, sus esfuerzos por dignificar el nombre de los suyos, la incidencia que han tenido en el bienestar de los niños y jóvenes, y los deseos de paz para toda la región del Urabá.
Silvia Berrocal, líder del Colectivo de Víctimas de la Chinita. Foto: Daniel Sarmiento
“El video lo hicimos en La calle de la esperanza. Siempre que vamos allí nos embarga la tristeza, pero con todo lo que hemos ido trabajando, hemos resignificado el espacio. Ese día no fue de tristeza, sino de alegría: nos vestimos con unos trajes hermosos, nos sentimos contentas e incluidas, hicimos eso en conmemoración de nuestros caídos”, agrega Silvia.
El colectivo La Chinita, anteriormente conocido como las víctimas de La Chinita, está conformado por familiares de las personas asesinadas en la masacre. Son sujeto de reparación colectiva desde 2011. Uno de sus pilares ha sido reconstruir la memoria: “hemos trabajado en memoria, recordando las cosas buenas que teníamos antes, las no tan buenas como la violencia, y el ahora en donde han surgido proyectos e iniciativas positivas para el barrio”, relata Silvia.
Fruto de ese ejercicio constante, la calle de la masacre se convirtió en “La calle de la esperanza”. Entre el colectivo y los profesores y estudiantes de las instituciones educativas se propusieron darle nuevos significados a esa calle.
En 2019, el CNMH inició un trabajo de acompañamiento al colectivo para fortalecer sus ejercicios de memoria y explorar los lenguajes en los que quisieran representar sus recuerdos y perspectivas sobre el presente y el porvenir. Así se pusieron de acuerdo en volver al pasado y representarlo en una canción.
“La canción fue pensada por nosotros, la letra es nuestra. Para mí, la importancia de estas iniciativas de memoria es que uno ve el avance que va teniendo como persona, como colectivo. Esa memoria es recordar, vemos el avance que hemos tenido. Recordar el pasado mirando siempre el futuro”, explica Silvia. Estos productos están en proceso de finalización, en el primer semestre de este año se llevará a cabo su lanzamiento, así estarán dispuestos al público.