Jóvenes que se interesen por la memoria histórica, el legado de Cristian
Este estudiante de bachillerato lideró la creación de la red de estudiantes por la memoria histórica en Bogotá y trabajó de la mano del CNMH en diferentes procesos. Falleció, recientemente, a los 19 años de edad.
El rol de los jóvenes en la construcción de ciudadanías conocedores de la historia y los hechos sucedidos durante el conflicto armado colombiano, es un campo de trabajo del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Cristian Fabián Espinosa Barrera, se esmeró, los últimos años de su vida, para que esto fuera así.
Este joven, estudiante del colegio La Giralda, de Bogotá, impulsó la creación de una red de estudiantes por la memoria histórica en la ciudad y lideró varios procesos para que se incluyeran los análisis sobre el tema en las clases de Ciencias Sociales, ética, artes y educación física. Murió el pasado 2 de mayo en la capital colombiana, tras luchas durante varios años con una enfermedad.
Todo comenzó cuando desde el área de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) se creó la Red Nacional de Maestras y Maestros por la Memoria y la Paz, un espacio que permitió el encuentro entre docentes de diferentes territorios del país, que habían decidido trabajar la memoria histórica en sus aulas, a partir de la Caja de Herramientas: un viaje por la memoria histórica: aprender la paz y desaprender la guerra.
Según María Andrea Rocha, líder del Equipo de Pedagogía del CNMH, la red se concibió como un escenario de intercambio y difusión de prácticas e innovaciones, que profesores de distintas escuelas, han venido impulsado en torno a la enseñanza de la memoria histórica y la construcción de paz.
La profesora Carolina Cortés, quien actualmente hace parte de la red de docentes y acompañó a los estudiantes en sus iniciativas, siendo muy cercana a Cristian, recuerda que “él se me acercó y me pregunto por qué si existía una red de docentes no había una de estudiantes. Así que lo comuniqué directamente con el CNMH y ahí comenzaron varios años de trabajo constante liderados por él”.
En un primer momento, el Colegio La Giralda, ubicado en el barrio Las Cruces, hizo un trabajo piloto con la Caja de herramientas donde se estudió y analizó el caso de El Salado, Bolívar, a partir de los textos producidos por el CNMH, como un ejercicio transversal a las clases de ciencias sociales, ética, filosofía y artes.
Ya lo decía el mismo Cristian en uno de sus escritos: “trabajar la memoria histórica en el aula de clase fue realmente significativo para mí y mis compañeros ya que se pudo abordar un hecho histórico de manera diferente a como lo habíamos visto anteriormente. Pude entender la realidad del país; fue una experiencia nueva que me motivó a indagar sobre diferentes hechos relevantes de Colombia en el marco del conflicto armado y me hizo pensar en tener un rol más activo dentro de mi comunidad”.
Y de ahí nació la idea de la red de estudiantes. Alejandra Romero, quien en 2017 se desempeñaba como parte del equipo de Pedagogía recuerda que “Cristian era un líder natural. Fue él quien reunió a estudiantes de colegios tanto públicos como privados de Bogotá y les propuso realizar actividades conjuntas sobre memoria histórica que les permitieran reconocer tanto sus realidades como la del país”.
Explica Alicia, madre de Cristian, que “la memoria histórica se convirtió en un pilar central de su vida, incluso, cuando su enfermedad se hizo más fuerte, él sacaba energías para ir al y trabajar con estudiantes de décimo y once grados para que pudieran entender lo que les había sucedido a las víctimas”.
“Para mí fue una experiencia nueva el poder trabajar con la Caja de Herramientas. Nos permitió conocer temáticas a fondo, más allá del aula de clases. Nos encarretamos con el cuento y eso es valiosísimo. En el colegio se hizo algo que nunca se había visto: se transversalizaron contenidos porque no solo trabajábamos en sociales sino también en artes, músicas y danzas, y eso permitió que más pelaos se empaparan del tema”, reseñaba Cristian en una de las conferencias en que participó.
“Si hay un aspecto que podemos resaltar de Cristian es su empatía: tenía una capacidad innata para entender y conectar con los otros, y por eso todos los estudiantes de este y de varios colegios decidimos seguirlo en la formación de grupos de estudio sobre memoria histórica que nos ayudaran a ponernos en el papel del otro, tanto víctimas como perpetradores, para entender la realidad del país y poder emprender acciones que nos permitieran a los jóvenes recordar lo que nos había pasado durante el conflicto”, dice Neyder Núñez Rodríguez, uno de sus compañeros de clases y amigo.
Durante los años en que Cristian lideró la red de estudiantes se lograron hitos como la presentación de los resultados de los trabajos de los estudiantes en la Feria del Libro de Bogotá, intercambios de experiencias con jóvenes de The New York Times y periodistas de Pacifista, e incluso conferencias en diferentes encuentros nacionales.
“Para él todo era un reto y asumía cada tarea con amor y entusiasmo. De hecho, si tuviera que definirlo con una sola palabra sería resiliencia, porque siempre pensó que sí es posible emprender acciones de transformación social más allá de los contextos en los que se vive”, afirma Alejandra Romero.
“Siempre trataba de verle el lado bueno a las cosas y meterle humor como una forma de decirnos que había mucho por lo que luchar. Pese a su enfermedad él nunca desfalleció y eso es algo muy valiente en alguien que apenas tenía 19 años”, describe la profesora Carolina Cortés.
Según Neyder, “el aporte más significativo de Cristian a este proyecto fue demostrarnos que los estudiantes podemos ser agentes transformadores de la realidad, eso era lo que él nos mostraba con sus acciones”.
“En ese sentido, invitamos a todos los docentes del país a que sigan trabajando para que la reflexión crítica y empática sobre nuestro pasado reciente siga inspirando a jóvenes como Cristian a transformar este país. Sabemos que Colombia está llena de estudiantes con sueños parecidos a los que él tuvo, con preguntas sobre nuestra historia reciente y con múltiples aportes por hacer cuando, desde metodologías innovadoras, logran conectarse y preguntarse por cuál es su lugar y cuál puede ser su aporte”, concluyó María Andrea Rocha, quien lidera el Equipo de Pedagogía del CNMH.
Publicado en Noticias CNMH