La fortaleza de las comunidades LGBT
Entre el 25 y el 28 de septiembre se realizó en Bogotá un encuentro de líderes sociales LGBT víctimas del conflicto. Durante este evento, se compartieron iniciativas de paz creadas en territorios subyugados por grupos armados y se discutieron temas relacionados con las garantías de seguridad para activistas y la implementación de políticas para la reparación de lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero afectadas por décadas de violencia. Además, fue un espacio de discusión y acercamiento entre organizaciones LGBT de diferentes regiones del país.
Desde 2015, el CNMH ha trabajado por recopilar los testimonios de víctimas del conflicto que también son población LGBT. El resultado de estos esfuerzos fue el informe Aniquilar la diferencia. Lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas en el marco del conflicto armado, lanzado a finales de 2015 y presentado en varias regiones del país a mediados de 2016. Adicionalmente, el Centro Nacional de Memoria Histórica ha servido como plataforma de apoyo de varias iniciativas de memoria histórica originadas en colectivos de víctimas LGBT. La visibilización de estos procesos es fundamental para poner la población LGBT en la agenda pública y garantizar la reconstrucción de sus memorias y la reparación integral de estas comunidades.
El reconocimiento de la existencia de personas cuya orientación sexual o identidad de género se considera por fuera de la norma es especialmente importante en la coyuntura actual del país, en que estas personas son víctimas de amenazas o asesinadas por grupos armados. Considerando esto, el CNMH ha procurado generar espacios de encuentro entre líderes LGBT de diferentes regiones del país, para articular y fortalecer los procesos organizativos de estas comunidades.
Impulsar estas iniciativas es importante porque no beneficia únicamente a quienes participan directamente de ellas, también mejora las condiciones de vida de la comunidad alrededor de estas personas. Este es el caso de Richard Jiménez, líder social y activista de Norte de Santander. Además de ser el único miembro LGBT de una organización internacional de derechos humanos, también lidera una asociación que auxilia a madres de familia, a mujeres trans deportadas de Venezuela, muchas de las cuales son VIH positivo y no tienen los recursos para acceder a los medicamentos; y a mujeres trans colombianas que buscan empleo.
De una forma similar trabaja Funcodicol (Fundación Colectiva por la Diversidad Colombiana) cuyo enfoque sí es el trabajo con población LGBT, pero que también asiste a toda población en estado de vulnerabilidad en Barrancabermeja. Actualmente, según Carol Rincón, cofundadora, la asociación está enfocada en educar y organizar a la población LGBT de la ciudad para incentivar el ejercicio de sus derechos y mejorar su calidad de vida.
Con el apoyo del CNMH, la Corporación Ágora Club, organización de Derechos Humanos de Pasto, está realizando un documental sobre las experiencias de vida de 4 mujeres trans titulado Cuatro Vidas. David Bravo, integrante de Ágora Club, dice que el audiovisual es la historia de cómo estas mujeres “se reivindicaron, y han tomado un nuevo camino después de sus hechos victimizantes”.
Sin embargo, a pesar de los procesos de paz adelantados por el gobierno, existen territorios que todavía son asediados por nuevos grupos armados en luchas heredadas de las Farc y los paramilitares. Para los líderes, esto representa algunos obstáculos que pueden terminar en daños a su integridad o la de sus familias. Según el informe, Entre el miedo y la resistencia, realizado por Colombia Diversa, Caribe Afirmativo y Santamaría Fundación, 7 de las 108 personas LGBT asesinadas en 2016 eran líderes sociales. En 2017, activistas LGBT del Caribe, Norte de Santander y Caquetá han denunciado amenazas. Por esta razón, las garantías de seguridad efectivas es una de las preocupaciones principales de los líderes LGBT en el contexto del posconflicto.
Publicado en Noticias CNMH