Factores como los cultivos de uso ilícito y tráfico ilegal en las economías locales, la presencia de grandes acumuladores de tierra y los representantes políticos locales vinculados con el contrabando y el narcotráfico, explican el surgimiento y el sostenimiento del paramilitarismo en los departamentos de Atlántico, Cesar, La Guajira, Magdalena y parte de Norte de Santander. Los inicios del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) estuvieron atados a alianzas o fusiones con grupos de autodefensa locales que derivó en una incursión paramilitar marcada por el terror y el arrasamiento de la población, por medio de masacres, desapariciones forzadas y otros hechos victimizantes. Luego, estas acciones les permitieron controlar y lucrarse de todas las esferas públicas y privadas en los departamentos para convertirse en un poder hegemónico.
El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) a través de la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV) entrega este informe titulado La tierra se quedó sin su canto. Trayectoria e impactos del Bloque Norte en los departamentos de Atlántico, Cesar, La Guajira y Magdalena, con los resultados del Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad y la Memoria Histórica sobre los relatos recopilados de personas reconocidas como desmovilizadas de las estructuras paramilitares del Bloque Norte, del Frente Resistencia Tayrona (Autodefensas Campesinas de Magdalena y La Guajira) y de las Autodefensas del Sur del Magdalena Isla de San Fernando (Cheperos), incluyendo a grupos de autodefensa existentes en los territorios.
Este informe, dividido en dos tomos, rescata las voces de los protagonistas; en sus relatos narran la incursión, las acciones y las relaciones con terceros de estas estructuras en los departamentos de Atlántico, Cesar, La Guajira y Magdalena y Norte de Santander. Sus voces se convierten en la memoria colectiva de la incursión del paramilitarismo en el territorio y cómo este permeó las vidas y los recuerdos de sus habitantes.