Ya en Suecia Imelda debía organizarse y seguir adelante por sus tres pequeños hijos, no había alternativa. Se vinculó a la política en Suecia, a la Social Democracia, fue Concejal durante 12 años en el pueblo donde vivió, y tres veces candidata al parlamento. Después de varios años decidió fundar su propio partido de izquierda. En 2015 fue elegida otra vez como concejal, pero su interés seguía siendo otro “no es Suecia lo que a mí me trasnocha, a mí lo que me duele, me desvela y me preocupa está aquí, aquí quería volver. Tengo muy arraigado mi espíritu caribeño, soy incapaz de adaptarme por siempre a otro lugar”.
La persona que se exilia sueña con el retorno. Para Imelda, después de 27 años, una serie de circunstancias la llevaron a regresar. “El año pasado fui invitada por la Unidad de Víctimas a un evento, dos días después fui a Valledupar, y tres días más tarde era candidata a la Gobernación de Cesar, sin conocer a nadie. Solo a los hijos de las víctimas, hijos de mis compañeros asesinados, a quienes yo había dejado muy pequeños. Los que ahora me pedían que lo que su padre no había podido hacer, yo sí lo podía lograr. Imposible decir que no”.
Aceptó el reto y se embarcó de nuevo en la política colombiana. Para ella es una experiencia extraordinaria, “volví al Cesar profundo y a dimensionar el drama social que allí se vive”. Regresó con su esposo y sus hijos siguen Suecia. “La segunda generación de colombianos hijos de exiliados, que se sienten integrados a esa sociedad, allí viven bien, hacen parte de ella, pero nunca pierden su identidad colombiana”, dice.
El pasado 10 de marzo en Bogotá se realizó el encuentro: “Representación y simbología del exilio colombiano: el relato de quienes retornan”, donde 65 personas escucharon historias como la de Imelda, y se hicieron varias exigencias al Estado alrededor de la situación de la diáspora colombiana. Una de ellas, es saber la verdad. “Porque es la verdad la única que nos va a definir el alcance de la justicia, la verdad la que nos va permitir saber a quién debemos perdonar, y con quién nos tenemos que reconciliar”, concluyó Imelda.
Conoce el especial Las voces del exilio. Memorias de colombianos en el exterior.