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27 Abr 2019

La voz de los niños se debe escuchar

Hace tres años los colegios Francisco I de la localidad Barrios Unidos y el Colegio Alemania Unificada –IED- de la localidad San Cristóbal, iniciaron un proceso de memoria con 25 niños, niñas y adolescentes por cada institución educativa. De este surgió la herramienta metodológica Monumento Sonoro por la Memoria: Tu voz es mi voz, la escucho, la siento y la cuento.


La herramienta está basada en la obra musical “La historia de los Colibríes y las Langostas”, compuesta por nueve canciones, las cuales narran las experiencias de niños, niñas y adolescentes en contextos de conflicto armado, así como sus sueños y esperanzas de vivir en un país en paz.

Hoy, día en el que en Colombia se celebra el Día de los Niños, queremos compartirles qué ha surgido de esos espacios de interacción que han tenido los niños y niñas, a través de la historia del proceso del Colegio Francisco I.

  • La herramienta incluye una serie de piezas musicales que relacionan temáticas cotidianas de niños, niñas y adolescentes que habitan territorios afectados por la violencia. El territorio, la identidad, los miedos y los sueños; son algunas de ellas.

  • La presentación mostró las experiencias que los alumnos vivieron alrededor de cada una de las canciones del Monumento Sonoro y la manera en la que ellos sueñan un país diferente. El país necesita comprometerse con la paz y ellos lo están haciendo a través del Monumento Sonoro”.



    COLEGIO FRANCISCO I

    Jorge Mario López llegó hace tres años al colegio Francisco I S.S. (IED) de Bogotá. La misión inicial encomendada: “echar a andar” la cátedra de paz y en general todo el proyecto de ciudadanía y convivencia de la institución.

    Desde allí, en la localidad de Barrios Unidos, el profesor encontró la necesidad de descubrir una herramienta con la que sus alumnos pudiesen no solo comprender las afectaciones que ha dejado el conflicto armado colombiano, sino también la importancia de participar en la construcción de paz.

    En ese ejercicio de búsqueda, el profesor Jorge Mario conoció el Monumento Sonoro por la Memoria: Tu voz es mi voz, la escucho, la siento y la cuento, herramienta metodológica que creó en 2017 el enfoque diferencial de niños, niñas y adolescentes del Centro Nacional de Memoria Histórica, y que invita a contribuir a la realización de procesos de memoria histórica teniendo en cuenta a esta población. “La herramienta es vital. Durante los años que llevaba como profesor no había podido conocer una iniciativa de construcción de memoria histórica que partiera de las experiencias de los niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado”, asegura López.

    Ingresar a una de las clases de ciudadanía y convivencia del profesor Jorge Mario es evidenciar las ganas y el esfuerzo detenido por presentarles a sus alumnos diferentes realidades. Según él, la manera en que estas son presentadas resulta clave para garantizar la empatía de sus estudiantes hacia las historias condensadas en la herramienta. A través de vídeos y otras estrategias, los alumnos conocieron y se conectaron más sentimentalmente con fenómenos como el hostigamiento, reclutamiento forzoso y el desplazamiento.

    Así pues, desde el 2017, estudiantes de grados terceros, cuartos, quintos, sextos, séptimo y octavo se acercaron a un lenguaje artístico que involucra la música y la narrativa a modo de fábula para narrar experiencias en contextos de guerra.

    “Básicamente intento ser lo más fiel posible a la herramienta, preparo las actividades, pienso mucho en mis chicos cuando la van a hacer y digo aquí hay que hacerlo de esta manera porque por ejemplo tenemos chicos con discapacidades cognitivas y motrices. A veces matizo un poco las actividades y en otros momentos preparo material que, aunque no está en la herramienta, sé que en ellos va a funcionar, en particular porque el Monumento Sonoro lo implementó con niños desde los 10 años hasta de 17”.

    Durante el desarrollo del instrumento, tanto profesor como alumnos conocieron historias que antes no habían salido a flote en el aula; historias de niños, niñas y adolescentes que junto a sus familias también habían sido desplazadas y con historias de violencia detrás.

    Quizás, esas realidades que ahora son aprehendidas como cercanas, son las que han facilitado que los alumnos no solo quieran conocer las historias de las víctimas del conflicto armado colombiano, sino que ahora quieren crear actitudes de paz.

     

    “Los cambios no se han hecho esperar; ellos han asimilado que conociendo ya las barbaries que se han vivido en el país, es imperdonable que ellos mismos repitan actitudes violentas. Además, ahora son más sensibles hacia el otro”, asegura López.

    Producto de estas transformaciones positivas y de todo el trabajo desarrollado, este proceso, bajo la guía del profesor Jorge Mario López y el acompañamiento técnico del enfoque diferencial de niños, niñas y adolescentes del CNMH, ganó el xx, concurso con el que el Distrito buscaba exaltar a los máximas procesos de construcción de paz y reconciliación en la capital.

    El premio se convirtió además en una excelente oportunidad para materializar la intención de los alumnos por concebirse como actores que participan activamente de la transformación del país. Fue así como surgió la idea de realizar una acción de memoria -artística-, en la que se dignifique y se le invitara a niños, niñas y adolescentes (víctimas del conflicto armado), a “seguir adelante”.

    El pasado 8 de noviembre, 534 alumnos del colegio Francisco I S.S., actuaron, danzaron e interpretaron canciones como la versión orquestal e inédita de la canción “José Colibrí”. La acción de memoria se llamó “Cantar para Soñar” e hizo parte de la programación oficial de la XI Semana por la Memoria del Centro Nacional de Memoria Histórica. Además, al evento pudieron asistir representantes de las víctimas de Jambaló, Cauca.

    En esta institución, la cual recibe todos los niveles de inclusión, los alumnos han disminuido significativamente las expresiones de violencia y la apatía que anteriormente tenían hacia valores como el perdón. Para el profesor, ha sido por el conocimiento que han tenido los chicos de ciertos casos, -y en los cuales se evidencia que la confrontación armada no ha sido la solución para resolver las diferencias entre las personas-, que ellas y ellos han empezado a asumir que sus problemas personales no pueden ser confrontados con la violencia. “A mí me satisface cómo los chicos han tenido actitudes de reconciliación muy grandes”, concluye López.

     

    Publicado en Noticias CNMH

     

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