La memoria debe ser una aliada para la paz y no un obstáculo para la reconciliación. Desde el Centro Nacional de Memoria Histórica trabajamos para hacer realidad ese anhelo, ese propósito hacia el cual queremos exhortar a los lectores de esta edición especial de Conmemora. Un país con 8 millones de víctimas no puede permitirse la idea falaz de que la paz está destinada a los que olvidan; pero también debe estar atento a señalar los discursos que utilizan la memoria del sufrimiento y la injusticia para perpetuar la guerra.
Estamos en contra de alimentar una memoria vengadora que sobre la base de una restauración imposible, o con afán punitivo, anula toda posibilidad de futuro o, más concretamente, la posibilidad de construir un nuevo pacto social; pero también estamos en contra de una memoria ingenua, y de un olvido prefabricado, que se empeña en ignorar tanto las raíces como los impactos de nuestras guerras, y sobre esa indolencia construye castillos de papel.
Publicado en Noticias CNMH