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Publicado

02 Sep 2016

Lanzamiento: Esa mina llevaba mi nombre

El lanzamiento se llevará a cabo el miércoles 7 de septiembre a las 5:00 p.m. en el Auditorio Teresa Cuervo Borda, del Museo Nacional de Colombia.


El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) por medio de un libro de crónicas “Esa mina llevaba mi nombre” y una serie radial “Los pasos rotos”, busca mostrar la humanidad de las víctimas de la Fuerza Pública que han sido afectados por minas antipersonal. En ambos trabajos el CNMH trata exclusivamente de víctimas de la Fuerza Pública a través de 10 crónicas escritas y 5 series radiales, resultado de una rigurosa investigación periodística y académica, que muestra los desafíos que vivieron 15 personas tras sufrir los impactos en sus cuerpos y en sus proyectos de vida tras ser afectados por minas antipersonal.

Las minas antipersonal son un polémico artefacto explosivo usado por primera vez, de forma masiva, en la Primera Guerra Mundial. A pesar de que su uso fue ampliamente debatido, apenas fueron proscritas en 1997 por el Derecho Internacional Humanitario (DIH), mediante el Tratado de Ottawa que prohibió su empleo, almacenamiento, producción y transferencia, y reguló su destrucción. Colombia se suscribió y ratificó este tratado mediante la Ley 759 de 2002.

Ahora bien, la Ley 1448 de 2011 de Víctimas y Restitución de Tierras, reconoce como víctimas a aquellas personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos como consecuencia de infracciones al DIH. Es por eso que los miembros de la Fuerza Pública afectados por minas antipersonal son considerados como víctimas. De esta manera, el Centro Nacional de Memoria Histórica, gracias a la colaboración del Ministerio de Defensa y del Comando Estratégico de Transición, adelantó esta investigación y producción para hacer memoria histórica, a través del periodismo, acerca del dolor y la resistencia que han sobrellevado miles de colombianos cuyo sufrimiento y dignidad no han sido del todo reconocidos por distintos sectores sociales.

Existen minas antipersonal en 31 de los 32 departamentos de Colombia –el único que no registra presencia de estos artefactos es el archipiélago de San Andrés y Providencia-. Por tal motivo, la selección de las historias priorizó algunos departamentos y municipios en los que las minas han causado un mayor número de víctimas. Se realizaron talleres de memoria con las víctimas directas y en algunos casos algunos familiares, y se seleccionaron testimonios de personas que sufrieron su victimización en Antioquia, Valle del Cauca, Santander, Meta y Bogotá cuyas historias dieran cuenta de la diversidad de afectaciones y la pluralidad de maneras de afrontar y recomponer sus proyectos de vidas.

Esa mina llevaba mi nombre, escrito por Diana Durán, periodista y editora judicial de El Espectador, es un relato de 10 historias, todas tan únicas como comunes al dolor de los hombres y mujeres que han sufrido las crueles consecuencias de las minas antipersonal. Tras su paso por la vida militar, ahora, tras haberse encontrado de frente con uno de los peores horrores de la guerra, diez personas valientes luchan con igual fortaleza, esta vez, por medio de la cultura, el humor, y las reflexiones en torno a la paz.

Los pasos rotos, producido por el periodista Daniel Valencia, por otro lado, recoge las propias voces de otros cinco hombres, la forma como han resistido y las particularidades que ellos y sus familias han tenido que sobrellevar sobre esta grave herida de guerra, y su lucha para reconstruir sus sueños y proyectos, que por momentos parecieron haberse perdido.

Estos productos muestran una realidad que va más allá de los datos y las cifras. Reconstruyen las historias de vida de personas que conocen de cerca, y quizás como nadie, la crudeza de la guerra. Quizás por eso mismo, luchan por la construcción de un país diferente y abogan por vivir en paz.Fueron construidos en una estrecha colaboración con la Fuerza Pública y con el apoyo de la Embajada de Suiza y la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de Estados Americanos.

Estas historias son parte de ese amplio y plural mosaico de sufrimientos y dignidad producto del conflicto armado en Colombia. Conocerlas y reconocerlas aporta a la construcción de una memoria histórica plural y colectiva que busca la no repetición de hechos tan atroces como los que ellos han tenido que sufrir.

Además, los talleres realizados con víctimas de minas antipersonal integrantes de la Fuerza Pública y otros más, son fuentes centrales para la construcción del Informe Nacional de Minas Antipersonal, que será publicado por el CNMH en 2017.

 

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